En 1531, el gobierno impuesto por España era un gobierno despótico. La morenita del Tepeyac fue el milagro que esperaba la nueva nación. Llegó con la Segunda Audiencia, encabezada por Vasco de Quiroga.
El cambio viene de estar dispuestos a renunciar a privilegios y trabajar por el desvalido. Entonces, y solo entonces, comenzaremos a tener buenos gobiernos, porque seremos buenos ciudadanos, y buenos guadalupanos.
Vasco de Quiroga, Tata Vasco, llegó a México como abogado y terminó siendo el primer obispo de Michoacán. Su amor por los indígenas fue tan grande que renunció a todo con tal de que ellos progresaran.
Fundó ciudades-hospital e hizo de Michoacán un lugar de trabajo en equipo, de producción artesanal inigualable, de fe y de confianza que perdura hasta hoy en día.
La morenita del Tepeyac dejó como herencia el amor a los más pequeños. Hoy los mexicanos estamos divididos. El poder político nos tiene enfrentados. Derribemos, con el voto, esa división: somos hermanos, no adversarios.