En un vídeo que circula por WhatsApp, una persona que no se identifica afirma que las vacunas tradicionales “están muy contaminadas” con metales, dando a entender que son perjudiciales para la salud. Se trata de una afirmación ENGAÑOSA. Efectivamente, la mayoría de las vacunas que más se usan, contra la gripe o el tétanos contienen sales de aluminio, un tipo de metal que favorece la respuesta inmunológica del organismo. La cantidad incluida en la fórmula, sin embargo, no excede los límites considerados seguros por las autoridades sanitarias.
“Las vacunas están muy contaminadas con una variedad de nanopartículas. Muchas de las partículas son metales. Hablamos de vacunas tradicionales como la VPH, la gripe, la gripe porcina, la hepatitis B, la triple vírica, la vacuna DPT, el tétanos”
La persona que narra el vídeo asegura que vacunas tradicionales como la triple vírica, la antigripal, la hepatitis B o la del papiloma humano (VPH) están hechas con nanopartículas de metales. Es cierto que muchas de estas vacunas contienen sales de aluminio como adyuvantes para estimular la reacción inmune contra un virus. “Estas sales de aluminio se han usado como adyuvante durante más de 70 años de manera segura”, resalta la inmunóloga y redactora científica del Instituto de Salud Global (ISGlobal), Adelaida Sarukhan. Pero “la cantidad contenida en una vacuna es muy inferior al límite establecido por la FDA (la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos)”, esto es, 25 microgramos/día, “y muy por debajo de las cantidades de aluminio que ingerimos o inhalamos cada día”, teniendo en cuenta que “el aluminio es uno de los metales más comunes en la naturaleza”, cuenta la científica.
Sarukhan recuerda que el otro metal que se usaba frecuentemente en algunas vacunas como conservante era el timerosal, también conocido como etilmercurio. “A diferencia del metilmercurio, que se acumula en el agua y en peces y es tóxico, el etilmercurio se elimina rápidamente del organismo. Desde 2001, la única vacuna para la cual se sigue usando en cantidades muy pequeñas es la de la influenza”, expone.
Una fuente sin base científica
El autor de la grabación cita al matrimonio de científicos italianos Stefano Montanari y Antonietta Gatti como fuente de su información y su libro publicado en 2015 “Casos prácticos de nanotoxicología y toxicología de partículas”. Montanari ha publicado investigaciones sobre la presencia de nanopartículas de metales y otros materiales inorgánicos en el sistema nervioso central, en sangre, o en algunos alimentos. Es cierto que nuestro organismo puede acumular metales contaminantes procedentes de alimentos que ingerimos o por estar expuestos a ellos. Estos metales, como el arsénico, el plomo, el mercurio o el cadmio, están en el suelo, el agua y el aire. Altas cantidades de dichos metales en el cuerpo pueden ser peligrosas.
Montanari es conocido por defender teorías relacionadas con la covid-19 que carecen de base científica, tal y como ya os explicamos.