En medio de tanta confusión que hoy reina, el santo Papa Juan Pablo II nos recuerda que ninguna piedra nueva añadida al edificio bimilenario de la Iglesia puede colocarse fuera de las estructuras que los Padres ya construyeron. Aquí hay algo de lo mucho que estos santos pastores tienen para decir a los católicos de hoy:
Ante los respetos humanos
“Es mejor que ofendamos a hombres necios e insensatos que se exaltan y enorgullecen en la arrogancia de sus palabras que no que ofendamos a Dios” (San Clemente Romano).
“Mi religión enseña a respetar a las autoridades si ese respeto no quebranta la ley de Dios” (San Policarpo).
María, siempre Virgen
“¿Cómo hubiera sido posible que Aquella que fue morada del Espíritu, que estuvo cubierta con la sombra del poder de Dios, se convirtiera en una mujer de un mortal y diese a luz en el dolor, según la primera maldición? (…) Una mujer que da a luz con dolores no podría ser llamada bienaventurada. El Señor que entró con las puertas cerradas, salió así del seno virginal, porque esta Virgen dio a luz realmente pero sin dolor” (San Efrén).
La Iglesia es santa, no pecadora
“La Esposa de Cristo no puede ser contaminada; Ella es incorrupta y casta” (San Cipriano).
Ser católico es ser cristiano
“Cristiano es mi nombre, y católico mi apellido. El uno me designa, mientras el otro me especifica. Así soy validado y puesto aparte. Cuando somos llamados católicos es por apelación, nuestra gente se mantiene aparte de cualquier nombre hereje” (San Paciano de Barcelona).
No todo lo que parece cristiano lo es
“Incluso los herejes parecen tener a Cristo, porque ninguno de ellos niega el nombre de Cristo. Sin embargo, cualquier persona que no confiesa todo lo que pertenece a Cristo, de hecho niega a Cristo” (San Ambrosio).
Un hereje no puede ser parte de la Iglesia
“Creemos en la santa Iglesia, es decir, la Iglesia católica, ya que los herejes y cismáticos llaman a sus propias congregaciones “iglesias”. Pero los herejes violan la propia fe por una falsa opinión respecto a Dios (…). En consecuencia, ni herejes ni cismáticos pertenecen a la Iglesia católica” (San Agustín de Hipona).
La Misa no es símbolo
“El pan se convierte en el Cuerpo de Cristo y el vino, y el agua que están en el cáliz se convierten en su Sangre” (San Ambrosio de Milán).
Quiénes pueden recibir la Eucaristía
“Este alimento se llama entre nosotros Eucaristía, del cual a ningún otro es lícito participar, sino al que cree que nuestra doctrina es verdadera, y que ha sido purificado con el Bautismo para perdón de pecados (…) y que vive como Cristo enseñó” (San Justino).
La condenación eterna
“¡Qué castigo para los no creyentes, qué dolor para los infieles no haber querido creer en otro tiempo en este mundo y no poder volverse ahora atrás y creer! La gehena siempre en llamas y un fuego devorador abrasará a los que allí vayan, y no tendrán descanso sus tormentos ni fin en ningún momento. Serán conservadas las almas con los cuerpos para sufrir con inacabables suplicios” (San Cipriano de Cartago).
Mantenerse siempre en la verdad
“Si el mundo va contra la verdad, entonces Atanasio va en contra del mundo” (San Atanasio de Alejandría).
TEMA DE LA SEMANA: «VOLVER A LOS PADRES DE LA IGLESIA PARA SALVAR LA CULTURA»
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 27 de junio de 2021 No. 1355