Se indica el año de su muerte:
- Clemente Romano (97)
- Ignacio de Antioquía (107)
- Policarpo de Esmirna (155)
- Justino Mártir (165)
- Melitón de Sardes (180)
- Ireneo de Lyon (202)
- Clemente de Alejandría (215)
- Hipólito de Roma (236)
- Cornelio (253)
- Novaciano (257)
- Cipriano de Cartago (258)
- Dionisio el Grande (264)
- Dionisio (268)
- Gregorio Taumaturgo (268)
- Firmiliano de Cesarea (268)
- Arquelao (282)
- Pánfilo de Cesarea (309)
- Metodio de Olimpo (311)
- Arnobio de Sicca (330)
- Eusebio de Cesarea (340)
- Julio I (352)
- Osio de Córdoba (357)
- Hilario de Poitiers (367)
- Cesáreo de Nacianzo (369)
- Serapión (370)
- Atanasio de Alejandría (373)
- Efrén de Siria (373)
- Basilio Magno (379)
- Mario Victorino (382)
- Cirilo de Jerusalén (386)
- Dámaso (384)
- Gregorio de Nacianzo (390)
- Paciano de Barcelona (390)
- Macario el Viejo (390)
- Diodoro de Tarso (392)
- Gregorio de Elvira (392)
- Gregorio de Nisa (395)
- Ambrosio de Milán (397)
- Dídimo el Ciego (398)
- Siricio (399)
- Epifanio (403)
- Juan Crisóstomo (407)
- Rufino de Aquilea (410)
- Inocencio de Roma (417)
- Jerónimo de Estridón (420)
- Teodoro de Mopsuestia (428)
- Agustín de Hipona (430)
- Nilo el Viejo (430)
- Paulino de Nola (431)
- Celestino I (432) Juan Casiano (435)
- Cirilo de Alejandría (444)
- Proclo de Constantinopla (446)
- Euquerio de Lyon (450)
- Isidoro de Pelusio (450)
- Pedro Crisólogo (450)
- Vicente de Lerins (450)
- Mario Mercátor (f451)
- Teodoreto de Ciro (458)
- León Magno (461)
- Enodio de Pavía (521)
- Fulgencio (533)
- Cesáreo de Arlés (542)
- Benito de Nursia (550)
- Martín de Braga (579)
- Leandro de Sevilla (600)
- Gregorio Magno (604)
- Venancio Fortunato (610)
- Isidoro de Sevilla (636)
- Sofronio (638)
- Juan Clímaco (649)
- Máximo el Confesor (662)
- Ildefonso de Toledo (667)
- Atanasio sinaíta (700)
- Germano de Constantinopla (732)
- Andrés de Creta (740)
- Juan Damasceno (749)
Además, los siguientes, de los que no se sabe el año en que fallecieron, pero sí el siglo:
- Atenágoras de Atenas (II)
- Taciano (II)
- Hermas de Roma (II)
- Minucio Félix (II)
- Teófilo de Antioquía (II)
- Afraates (IV)
- Eustacio de Antioquía (IV)
- Optato (IV)
- Febadio (IV)
- Genadio I de Constantinopla (V)
- Salviano (siglo V)
- Leoncio de Bizancio (VI)
- Pseudo Dionisio Areopagita (VI)
¿Qué hay de Tertuliano, Orígenes, Lactancio y san Beda?
A veces a la lista de Padres latinos se agrega a san Beda el Venerable, fallecido en el año 735 y considerado por muchos historiadores como el erudito más importante de la Alta Edad Media. Fue declarado Doctor de la Iglesia por León XIII.
En cuanto a Tertuliano, que murió en el año 222; Orígenes de Alejandría, fallecido en el 254, y Lactancio, muerto en el año 323, se les lee dentro del conjunto de los Padres de la Iglesia, pues sus obras tienen un impacto innegable en el caminar de la Iglesia. Sin embargo, igualmente incurrieron en algún momento en errores teológicos, por lo que ninguno de estos tres es considerado santo, así que no reúnen todos los requisitos de los auténticos Padres de la Iglesia.
Habla Juan Pablo II
El amado Papa polaco escribió en 1980 una carta apostólica titulada Patres Ecclesiae, en la que deja claro por qué los Padres de la Iglesia son tan importantes para la Iglesia de hoy como lo fueron en el pasado. Extractamos algunas frases suyas:
- “Son de verdad ‘Padres’ de la Iglesia, porque la Iglesia, a través del Evangelio, recibió de ellos la vida. Y son también sus constructores, ya que por ellos —sobre el único fundamento puesto por los Apóstoles, es decir, sobre Cristo—fue edificada la Iglesia de Dios en sus estructuras primordiales.
“La Iglesia vive todavía hoy con la vida recibida de esos Padres; y hoy sigue edificándose todavía sobre las estructuras formadas por esos constructores”.
- “De ahí que todo anuncio del Evangelio y magisterio sucesivo debe adecuarse a su anuncio y magisterio si quiere ser auténtico; todo carisma y todo ministerio debe fluir de la fuente vital de su paternidad; y, por último, toda piedra nueva, añadida al edificio santo (…), debe colocarse en las estructuras que ellos construyeron y enlazarse y soldarse con esas estructuras”.
- “Guiada por esa certidumbre, la Iglesia nunca deja de volver sobre los escritos de esos Padres —llenos de sabiduría y perenne juventud— y de renovar continuamente su recuerdo”.
TEMA DE LA SEMANA: «VOLVER A LOS PADRES DE LA IGLESIA PARA SALVAR LA CULTURA»
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 27 de junio de 2021 No. 1355