Crónica de las consagraciones en el ordo virginum de la diócesis de Querétaro. Agosto 2 al 8 de 2021
Por Hna. María Consuelo Castillo Gómez, O.V.
Los tiempos de Dios son perfectos, no se puede decir si Él nos encontró o si nosotras lo encontramos, pero tenemos la certeza de que Él nos ha elegido y hemos respondido con un Sí.
En este mes de agosto además del compromiso adquirido por amor, también tenemos en el corazón una inmensa gratitud con nuestro Dios eterno y podemos decirle sin descanso: “Que detalle Señor haz tenido conmigo”, al crearnos, al llamarnos, al amarnos, al elegirnos… pues quiso juntar su Divinidad con nosotras sus creaturas, sin reprochar nuestro pasado, quiso Él, ser nuestro presente. Que grande ejemplo de Kénosis nos deja nuestro amado Esposo, que siendo de condición Divina, padece por el hombre que ama tanto. Es por eso que nos unimos a esa bella frase del pregón Pascual que dice: “¡Oh feliz culpa! que mereció tan grande Redentor”, ¡Oh bello Amor! que le tienes al pecador haciéndolo merecedor de tantas grandezas. El Ordo Virginum está de fiesta…
“Te diré mi amor Rey mío, en las alegrías y en las penas”. Con inmenso gozo comenzamos esta semana de desposorios con Cristo, recordando las bodas de Caná y siguiendo el consejo de María Santísima: “hagan lo que Él les diga”. Todo comenzó el pasado 2 de agosto del 2021 en donde nuestra hermana Minerva Pérez Vázquez perteneciente a la parroquia de Banthí en San Juan del Rio, Qro. Entregó su vida por completo a nuestro Señor Jesucristo, en la capilla de Santa Cruz Nieto.
Con porras y coreografías de velos largos, blancos y amarillos, le dimos la bienvenida a nuestro Señor Obispo Fidencio López Plaza, quien, en un abrazo fraterno, corrió al encuentro del Párroco y Decano, el Padre Tereso Flores Salinas; dándonos fiel testimonio de acogida y cercanía pastoral.
Todas las consagraciones en el Ordo Virginum iniciaron las 11:00 de la mañana y en este hermoso día, recordando a nuestra Señora de los Ángeles, comenzó la ceremonia entonando el canto de las vírgenes prudentes y al ver entrar la procesión, no faltaron las lágrimas como manifestación de la alegría en el Espíritu Santo; misma alegría que inundaba nuestra alma al recordar tantas vivencias y el proceso de cada una de las hermanas antes de que este día por fin llegara. La celebración tomó su curso y nuestro Obispo mencionó a los sacerdotes que lo acompañaban y manifestó su gratitud para cada uno de ellos. Con hermosos cantos en latín, se disfrutó paso a paso el transcurso de esta celebración; en donde nuestra hermana Minerva fue llamada por su Señor Cura y encendió su cirio. Todos escuchamos con mucha atención las lecturas elegidas por nuestra Hermana Minerva y nuestro Señor Obispo nos invitó en la homilía, a tener nuestra tierra fértil, para que nuestras semillas echen raíces y den el ciento por uno en sus frutos, para esto es necesario, dijo: “tener amor y coraje como Jesús, para tener la capacidad de sembrar entre piedras y espinos”. Y así con el interrogatorio, fuimos testigos del Sí que manifestó nuestra hermana Minerva a cada una de las preguntas. Pidiéndole a María Santísima, nuestra Modelo, nos ayude a seguir dando nuestro Sí generoso, todos los días de nuestra vida.
Nuestro Señor Obispo, pidió unas palabras por parte de nuestra Coordinadora Marilú Loyda, quien nos compartió su testimonio y su largo caminar con Cristo su Esposo, donándose por entero en amor y servicio para gloria de Dios; también nuestra hermana Minerva agradeció la asistencia de todos nosotros, manifestando que, aunque sea originaria de la ciudad de México, se sentía en casa y muy agradecida con su comunidad que la vio crecer en el espíritu. Así concluyó todo con emotivos aplausos y la solemne Bendición.
En la comida que organizó la comunidad Parroquial en favor de nuestra hermana Minerva, su Papá le dedicó una emotiva canción titulada “libro abierto” del autor Gerardo Reyes, algunos presentes lo acompañaron en el coro y otros tantos quizá nos quedamos pensando, que esa canción queda muy bien para un alma que comienza su conversión a Cristo, diciendo junto con el autor, Señor “para ti soy libro abierto, escribe en mí, te necesito”.
Pero nuestro Señor no se deja ganar en generosidad y amor, pues aunque parecía que la fiesta concluía, fue el asombro de muchos fieles, el hecho de saber que aún faltaban cuatro hermanas más, que deseaban con todas sus fuerzas, se llegara ese día tan especial que en automático se convertiría en el más bello e importante de toda su vida. Hubo varios comentarios al respecto, pero cabe destacar el de un padre de familia que comparaba la contingencia por la que estamos pasando, como “tiernos capullos del amor de Dios, que en secreto se van formando, ya que, en medio de un año difícil, tomó a bien florecer para la Iglesia cinco mariposas para Cristo”.
El martes fue para mí, el día más largo de mi vida, pues con ansias esperaba que se llegara el miércoles 4 de agosto, ya que mi “noviazgo” con Cristo había durado dieciocho años y deseaba con todas mis fuerzas ser solamente suya.
Una vez llegado el gran día, Yo: María Consuelo Castillo Gómez con 29 años de edad, originaria de San Juan del Rio y perteneciente a la Parroquia de San Juan Bautista, sentía bombear mi sangre por todo mi cuerpo a más velocidad de lo normal, sentía que moría para después resucitar con Cristo por Él y en ÉL; tratando de comprender cómo fue que el Señor se había fijado en mí y había tomado por mi amor un vestido de creatura, sin importarle andar encogido porque fue hecho a mi medida. Con toda solemnidad dio inicio tan anhelada consagración. Nuestro Señor Obispo dio una hermosa homilía donde tomó a bien sacar cuatro frases centrales del Evangelio y en donde hizo sobresaliente el mandamiento del amor diciendo: “amar como Jesús nos ama, esa es la medida” y añadió: “Toda consagrada debe ser, Virgen, esposa y Madre” y para serlo debe vivir amando.
El transcurso de la celebración estuvo muy emotiva, con respuestas fuertes y claras de todos los feligreses; En el momento de las letanías, mientras me postraba en oración, los fieles se arrodillaban para pedir a todos los Santos su intercesión por mí. ¡Qué gran momento!, mismo que como lo dijo nuestro señor Obispo en la homilía, nos hizo sentir “aunque sea por ratitos, el cielo que se vive desde el suelo, viviendo la fraternidad” la unión en la oración y en todo. A la hora de la Comunión, sentí una conexión fortísima con Cristo mi Esposo y no pude contener las lágrimas, pero en esta ocasión eran lágrimas de una alegría inmensa que es difícil describir con lenguaje humano y me atrevo a decir que aún no se han “inventado” las palabras precisas para definir tan grande dicha.
Ya para finalizar el Párroco Pbro. Javier Bocanegra me dirigió unas palabras, recordándome que mi consagración había sido providencialmente el día del Santo Cura de Ars, por tal motivo, me invitó a donar mi vida a Cristo y ofrecerla por todos los sacerdotes “Pues el sacerdocio es el amor del corazón de Jesús”. Y con aplausos y la bendición, concluyó esta Consagración en el Ordo Virginum.
Aunque minutos antes de que terminara la convivencia en el salón Parroquial, las hermanas del Ordo Virginum, las Religiosas Inmaculatinas y los demás fieles presentes, entonaron las tradicionales mañanitas festejando a nuestros Sacerdotes y agradeciéndoles que hayan aceptado ser representantes de nuestro Señor Jesucristo y postrarse como hombres para levantarse siendo sacerdotes para siempre.
Y que alegría tan grande para la Parroquia de Santa Bárbara en Corregidora, Qro. Pues el jueves 5 de agosto, presenciarían ¡por fin! tan anhelada consagración de nuestra hermana Rosalina Pérez Hernández que aun sintiendo el temor de ¿Cómo se realizaría esta gran obra en ella? Sin dudar dijo Sí, a este proyecto de Dios. Su Párroco Pbro. Gustavo Licón Suárez, como un pastor que apacienta al rebaño y toma en sus brazos a los corderos, preparó detalle a detalle y codo a codo junto a sus feligreses, esta solemne unión entre nuestra hermana Rosalina y Cristo nuestro Señor, dándole la bienvenida a nuestro Señor Obispo, que representa a Cristo el Esposo, con arcos de flores y fieles mujeres vestidas con hermosas y coloridas faldas del folclore y huapango, propias de nuestro hermoso estado de Querétaro.
La alegría y el júbilo de esta Parroquia, se sentía a kilómetros antes de llegar al templo y en la entrada como en las demás celebraciones, se cuidó de forma minuciosa la sanitización de cada feligrés, procurando de la mejor manera seguir las disposiciones oficiales.
Todos estuvimos muy atentos a cada acto que se presenciaba en la ceremonia; nuestro Señor Obispo en la homilía nos dijo: “Las Vírgenes prudentes, son las que escuchan la palabra de Jesús y la ponen en práctica, son las que toman enserio el Evangelio y lo traducen en obras, son hijas de su pueblo, lo conocen, lo aman y lo sirven con amor, hasta el extremo, a la manera de Jesús”.
¿Señor qué es el hombre para que te fijes en él? ¿Qué es el ser humano para darle poder?, pues lo has hecho poco inferior a los ángeles y lo has coronado de gloria y dignidad.
Un hermoso momento que vivimos dentro de la celebración, fue cuando nuestra hermana Rosalina recibe el velo, símbolo de su consagración a Cristo, el anillo como sello nupcial con Cristo y la Liturgia de las Horas, para unir su voz a la de Cristo Sacerdote y a la de la Santa Iglesia; En esos momentos sentíamos que el corazón se salía del pecho, pues fue su hermana de sangre quien acercó a ella estas hermosas insignias, como testigo de que su familia la daba a Cristo y pedía por ella, para que fuera una ofrenda agradable al Padre.
Y antes de la bendición solemne, como en todas las consagraciones, la coordinadora del Ordo Virginum nos compartió a grandes rasgos, pero con sumo detalle, de qué se trata este estilo de vida, comenzando por aclarar que es la consagración femenina más antigua en nuestra Iglesia. Nadie ama lo que no conoce; Y estamos confiados en Dios, que la celebración de estas consagraciones dará muchos frutos, por medio de la promoción y el testimonio, pero sobre todo, ayudará a aquellas señoritas “esposas de Cristo” que lo son desde siempre, pero que viven sin saberlo, pidiendo a Dios que su respuesta sea pronta y generosa para que después la hagan pública, como lo hizo nuestra hermana Rosalina.
Cuando pasamos con ella a la comida para festejar tan magno desposorio, las rimas de huapango nos alegraron aún más aquella tarde, ya que fueron arregladas para nuestro Señor Obispo, para los sacerdotes que nos acompañaban, para la coordinadora del Ordo Virginum y para la nueva Esposa de Cristo, nuestra hermana Rosalina Pérez Hernández.
“Llévame por siempre tatuado en tu brazo, porque fuerte como la muerte, así es el amor”
Nuestro cuarto gran día, sucedió el sábado 7 de agosto en la Parroquia de San Isidro Labrador, col. Pathé de Querétaro, Qro. En donde el Párroco Pbro. Héctor Padilla nos dio la bienvenida en la sacristía, manifestando su entusiasmo y alegría por la consagración de nuestra hermana María Elena Montero Fonseca, quien es la ternura hecha persona. “mis ojos se deleitan en ti, amada mía, Esposa mía”
Y en la homilía nuestro Señor Obispo, nos mostró el lado misionero y de prontitud al servicio que tiene María Santísima, ya que poco después de iniciar, nos dijo: “María nuestra señora de la Prontitud, la consagrada por excelencia, se convierte en la figura central del evangelio, en su imagen brillan los rasgos más genuinos de la Virgen, de la Esposa y de la Madre, por eso es el modelo, el paradigma de las vírgenes consagradas”.
En el culmen de la Oración Consecratoria y una vez entregadas las insignias, nuestro Señor Obispo tuvo un acto de total amor, pues un claro signo del enamorado, es cantarle al amor; así fue como empezó diciendo: “reconocemos el valor y sobre todo la gracia que se derrama en esta hermana nuestra dándole un aplauso” y como el fiel amado cantó para su amada y nos invitó a unirnos a su canto: “Gracias Padre, por mis hermanos, gracias Padre por la creación, gracias Padre por tus caricias, gracias Padre por tanto amor”
En los cantos de comunión escogidos por la hermana María Elena, escuchamos esa bella frase que dice: “me has seducido Señor” y ella se dejó seducir; se dejó seducir por aquel que le habla al oído y la ama hasta la muerte y una muerte de Cruz, es por eso que ella no dudó en decirle: “Tu y yo siempre adelante, hasta el final, sin separarnos, cada momento pienso en ti un poco más”.
Acabada la celebración, de igual manera como en todas las consagraciones, el asistente espiritual del Ordo Virginum Monseñor Sacramento Arias, recalcó que en este estilo de vida, no se vive en comunidad, ni se tiene superioras, convento o monasterio y dijo: «ellas no dejan su familia, no dejan su trabajo, no dejan su comunidad, ni su casa y hacen mucho bien; sobre todo a los laicos, porque ellas viven en el mundo y le recuerdan a los laicos, que también son consagrados por el bautismo, que se puede ser SANTO, en la vida cotidiana y esa es la gran bendición de la presencia de ellas en el mundo”.
Después de la celebración acompañamos a nuestra hermana María Elena para convivir fraternalmente con ella, cantándole las mañanitas y partiendo el pastel. Cuando le pidieron que dijera unas palabras: su rostro se iluminó más de lo normal y con una sonrisa en los labios expresó: “Agradezco a todos ustedes que me hayan acompañado en este día tan importante para mí, pero sobre todo agradezco a mi Señor que me ha permitido consagrarme a Él”. Algunos con lágrimas en los ojos y otros con una alegría inmensa, aplaudimos a nuestra hermana María Elena, que en su humildad y sencillez nos muestra el rostro de Cristo su esposo. “cuánto eh querido yo amarte Jesús, como me amas Tú a mí”.
Mucho se ha escuchado la frase: “no hay quinto malo” pero en esta ocasión el Ordo Virginum se lucia cerrando con broche de oro este hermoso ramillete de cinco hijas de Dios, teniendo como culmen un triple festejo, al ser Domingo día del Señor, onomástico de la coordinadora del Ordo Virginum y la Consagración total de nuestra Hermana Silvia Ramírez, la cual se llevó a cabo el domingo 8 de agosto en la Parroquia del Misterio de la encarnación del Hijo de Dios, en la Col. Loma Bonita, Querétaro.
La celebración comenzó con un hermoso canto a María Santísima: “Dios te Salve niña hermosa, Virgen de la encarnación”, mismo que nuestro Señor Obispo nos pidió volver a entonar, con devoción y fe y con toda humildad, pidió al autor la letra de tan bella alabanza; y en la homilía nos dijo también: “Se terminan las consagraciones, pero la fiesta sigue hermanas, este ciclo ha sido hermoso y ahora lo hacemos en Domingo como en todos los casos, con la santa Eucaristía. Para asumir la virginidad, la esponsabilidad y la maternidad, se requiere vivir la Eucaristía y ser Eucaristía para los demás, frente a ustedes tienen un hermoso letrero que dice: <yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo>”
Un bello momento fue cuando por manos del Párroco Pbro. Alberto Gómez Solís, nuestra hermana Silvia Ramírez, recibe un crucifijo que será de ahora en adelante su fiel compañero y distintivo sin igual de que pertenece al Ordo Virginum. Y en un cálido abrazo fue felicitada por el Señor Obispo y todos los sacerdotes que la acompañaban. Sintiendo el abrazo de Cristo su esposo, su Rey y su todo.
En la Eucaristía todos los presentes fuimos testigos de nuestra hermana Silvia que en ese sagrado momento ¡comulgaría por primera vez a Jesús como Esposo! “Estoy desposada con aquel a quien sirven los ángeles, cuya belleza envidian el sol y la luna.”
Y al terminar la celebración, como en todas las consagraciones, nuestro Señor Obispo pidió que las señoritas presentes en la asamblea, pasarán al frente para darles la bendición y dijo: “Más de la mayoría de la población del país son mujeres y más de la población del país, son jóvenes, por eso ustedes nos representan, además, el Papa ha dicho que ustedes tienen un ingenio muy personal y peculiar que Dios les ha dado para ponerle valores a la cultura que está emergiendo y esta nueva cultura necesita de los valores del reino, desde su núcleo, desde la célula que es la familia, así que las bendigo a todas ustedes con mucho gusto, inclinen su cabeza y siéntanse amadas y bendecidas por Dios” así fue como dio por terminada esta gran semana de consagraciones en el Ordo Virginum.
Después de la celebración pasamos a felicitar a nuestra hermana Silvia y a convivir con ella en fraternidad, agradeciendo en medio de la alegría este hermoso regalo de haber sido escogida por Cristo nuestro Señor.
Ahora sí, las cinco nuevas consagradas a Dios, pueden unir sus voces a las hermanas del Ordo Virginum, para juntas decir:
“Sigue siendo tú Señor, nuestra gloria, nuestro gozo y nuestro anhelo, consuela nuestras tristezas y aconseja nuestras dudas, ayúdanos cuando nos veas débiles y danos paciencia ante las tribulaciones, sigue siendo Amado Señor, nuestra abundancia en la pobreza y nuestro alimento en el ayuno, danos todo lo que necesitamos para servirte y se nuestra medicina en la enfermedad, que todo lo encontremos en Ti a quien hemos elegido por encima de todas las cosas.”
Una de las primeras formas de vida consagrada
«El Ordo Virginum, también conocido como el Orden de las Vírgenes Consagradas, es un ritual considerado como una de las primeras formas de vida consagrada femenina en la Iglesia: hablamos de una vocación cuyo origen se remonta a los inicios del cristianismo y por medio del cual las mujeres, sin abandonar sus hogares, se entregaban totalmente a Jesucristo y a la misión evangelizadora».
Hace 50 años se renovó el Ritual de las Vírgenes Consagradas
«Concretamente el 31 de mayo de 1970 con el apoyo del Papa Pablo VI, se promulgó el renovado rito de las Vírgenes Consagradas retomando así una de las vocaciones religiosas más antiguas».
Foto: https://www.facebook.com/diocesisqro