Entrevista a Jorge García Guevara
La colección “Biblioteca Bíblica Básica” de Editorial Verbo Divino presenta un nuevo volumen (el número 8) con el título Jeremías y Ezequiel, escrito por Carlos Junco y Jorge García Guevara. Este volumen completa las doce obras que cubren la introducción general y el Antiguo Testamento.
La parte dedicada a Ezequiel ha sido escrita por Jorge García Guevara, sacerdote de la Diócesis de Tampico, licenciado en Teología Bíblica por la Universidad Pontificia de México y profesor de Análisis de Textos en la Facultad de Filosofía del Instituto de Estudios Superiores de Tamaulipas y de Griego en el Instituto Cultural Tampico.
Elías Pérez, de Editorial Verbo Divino (EVD), le realiza la siguiente entrevista.
EVD: ¿Cuáles son los principales aspectos por destacar de la figura del profeta Ezequiel?
Jorge García Guevara (JGG): Ezequiel no tiene desperdicio, todo es sumamente interesante, su persona, su escrito y el impacto que ha causado en sus lectores. No es el mejor poeta, pero sí el narrador escrupuloso en los detalles. Además, es genial en las analogías, que emplea para alimentar la imaginación de sus destinatarios y comunicar con fuerza su mensaje.
EVD: Si tenemos en cuenta la personalidad de este profeta, peculiar donde los haya, ¿por qué podríamos sacar la cara por él?
JGG: Es tan especial su persona que parece un sacerdote con rigidez para cumplir las normas de pureza, podríamos hoy pensar cargado para la derecha, y a la hora de entregar la profecía con gran libertad, caustico en la crítica, inclinado a la izquierda. Se trata en realidad de un fiel comunicador del mensaje divino que pone al servicio de Dios cuanto posee.
EVD: ¿Qué aspectos podemos señalar de su forma de comunicar, de sus acciones simbólicas, surrealistas o visionarias?
JGG: Ezequiel es el profeta que se deja conducir por el espíritu, es un arriesgado comunicador que no se queda en el intento, va a los límites de la creatividad para no entregar una palabra llana, sino con la fuerza de una imagen o de una performance como gran histrión, logra su propósito.
EVD: ¿Qué define principalmente al libro bíblico de Ezequiel?
JGG: El libro de Ezequiel se define por lo sublime de la gloria de Dios y la detestable miseria del hombre, el pecado, con un mensaje contundente: Dios no desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva.
EVD: ¿Quiénes serían los principales destinatarios?
JGG: Los destinatarios hasta la caída de Jerusalén en 586 son sus habitantes que no habían sido deportados y creían haber librado el castigo del exilio. Después de esto, hasta nuestros días, cualquier persona que comparta la situación de destierro.
EVD: ¿Podemos encontrar algunos paralelismos entre aquel momento de la historia y la sociedad actual?
JGG: Ezequiel aporta una forma de analizar el presente revisando las acciones del pasado. A partir de aquí, podemos encontrar un gran número de paralelismos, en lo material, en lo espiritual, en lo social o en lo personal.
EVD: ¿Qué cosas hoy en día harían enmudecer a Ezequiel?
JGG: El profeta enmudecería ante el ejercicio ahora extendido de nulificar la Palabra con la adivinación, brujerías e idolatrías, nuevas o antiguas, que buscan poner al ser humano por encima de Dios.
EVD: ¿Qué importancia tiene este libro en la literatura profética, y cuáles son los principales aspectos teológicos?
JGG: Ezequiel está considerado junto con Isaías y Jeremías como profeta mayor, de ahí su importancia. Las líneas teológicas están expuestas dentro de una trama donde resalta lo sublime de Dios y lo limitado del hombre. Hace una gran aportación en la reflexión moral para su tiempo al presentar la responsabilidad individual. Interpreta el exilio como un nuevo éxodo donde nace el verdadero pueblo de Dios, y finalmente la propuesta de Dios de renovar la naturaleza y al ser humano a partir de un nuevo templo.
EVD: Ezequiel vivió el destierro, vio un pueblo desilusionado, con idolatrías, etc. ¿Cómo actualizar todo esto y los principios éticos que predica desde nuestro mundo de hoy?
JGG: Ezequiel, desde la perspectiva de la responsabilidad individual, seguiría buscando hasta el día de hoy que el malvado renuncie a sus malas acciones y busque la práctica de la justicia y la fidelidad; al justo lo exhortaría a perseverar en el bien. La sola fama sin acciones no sirve de nada.
EVD: ¿Cómo interpretar desde hoy la visión de los huesos secos (37,1-14)?
JGG: La visión de los huesos secos se traduce hoy en una sociedad que vive sin vivir, que se ha privado de la gracia y la alegría que viene de Dios y carece del vigor que aporta el espíritu. Sería una verdadera catástrofe si no se menciona la relevancia que tiene la acción del espíritu para ver el futuro con esperanza, con vida verdadera y gran aprecio por lo que agrada a Dios.
EVD: Sacerdote y buen conocedor del oficio litúrgico. ¿Qué pediría a la jerarquía eclesial?
JGG: La visión de Ezequiel sobre los pecados que se dan al interior del Templo es una severa crítica a todos los hombres del culto, es una llamada fuerte a la coherencia de lo que se practica por fuera y se lleva por dentro, eso que parece que nadie ve, pero Dios ha concedido al profeta contemplar, no sin asombro.
EVD: ¿Te imaginas compartiendo mesa con Ezequiel? ¿Cuáles serían las cosas más curiosas de la conversación?
JGG: En la mesa estaría un pan recién hecho según la receta de Ez 4,9, de eso estoy seguro; y en cuanto a la conversación, una larga y entretenida sobremesa con la intensidad de quien maneja un lenguaje gestual muy amplio, y esgrime cada palabra siendo él mismo consciente de lo que provoca en lo que expresa.
EVD: ¿Desde este profeta, nuestra sociedad en qué podría apuntalar o basar la esperanza?
JGG: La visión del hombre en Ezequiel no es el ser perdido a causa de sus pecados, sino la persona rescatada por el inmenso amor de Dios que ama la vida: en esto radica toda la esperanza.
EVD: Han pretendido una obra útil, con actualizaciones y preguntas para la comprensión y reflexión personal, pero ¿realizarías alguna recomendación más a los lectores?
JGG: Creo que el libro del profeta Ezequiel puede aprovecharse paso a paso para unos ejercicios espirituales de gran impacto para el lector.