Por Juan Diego Camarillo
Santa Misa estacional 75 Aniversario de la Coronación Pontificia de la Virgen del Pueblito
La tarde del domingo 17 de octubre en el templo de San Francisco en la Ciudad de Querétaro, se tuvo la Santa Misa estacional con motivo del 75 Aniversario de la Coronación Pontificia de la Virgen del Pueblito, patrona de la Ciudad Episcopal de Querétaro. La celebración fue presidida por el Nuncio Apostólico de México Mons. Franco Coppola y concelebrada por los obispos Mons. Fidencio López Plaza, Mons. Benjamín Castillo, Mons. Juan Manuel González Sandoval, Mons. Salvador Rangel Mendoza, Mons. Víctor Alejandro Aguilar, Mons. Armando Antonio Ortiz Aguirre, Mons. Juan Manuel Muñoz y Fray Flavio Chávez García O.F.M. Ministro Provincial de la provincia Franciscana de San Pedro y San Pablo Michoacán.
En su homilía Mons. Franco Coppola expresó:
“Quiero antes que todo agradecerá Monseñor Fidencio y al padre Flavio por haberme dado el honor, el gusto, la alegría de estar con ustedes a celebrar este aniversario tan importante de la de la coronación pontificia de la virgen del Pueblito, pero sobre todo de su patrocinio, su presencia aquí en Querétaro. Agradecer, pero también al mismo tiempo permítanme expresar la alegría de encontrarme en esta celebración con dos participaciones a las cuales tengo mucho, por un lado, es una fiesta de la provincia franciscana tener aquí frente de mí tantos frailes, padres franciscanos es un gusto y una alegría especial. Ustedes saben que soy de nacionalidad de origen italiana y san Francisco es algo que significa muchísimo por todos nosotros italianos y además como representante del papa tengo el honor de representar a el primer Papa que ha tomado este nombre, teniéndolo como patrono, al mismo tiempo también como guía. Es un gran gusto saludarlos y estar con ustedes en esta celebración. Y apreciar su presencia en la Iglesia y de modo particular en esta Iglesia de Querétaro que también me es querida de una manera especial. Pienso que no hay diócesis donde yo he estado tantas veces en estos 5 años como Querétaro; es el gusto de ver y de encontrar no quiero decir que las demás iglesias no sean así pero no lo he visto. Aquí he tenido el gusto de ver a una iglesia viva, una iglesia como tiene que ser la iglesia, de pueblo. Siempre se quedará conmigo. Dónde voy a cualquier parte que yo iré en toda mi vida mi experiencia de acompañar a la peregrinación que hace Querétaro hacia Guadalupe, el obispo me invitó y tuve la posibilidad de acompañar a el primer día la peregrinación de los hombres de la peregrinación el día siguiente o al contrario de las mujeres. Una experiencia de fe profunda.
Es un gusto ver como el trabajo que los primeros misioneros los franciscanos que estuvieron aquí también, es un gusto ver el trabajo que han hecho, los frutos que han dado. ¿Cómo aprovechar de esta celebración? Pienso que hay que aprovechar. Por un lado, agradeciendo al Señor por todos los dones y grandes dones que nos has dado. El don de la vocación franciscana que es una vocación todo completamente especial. El don de haber sido misioneros en estas tierras, de haber llevado el anuncio del evangelio, la alegría del evangelio a esta tierra. Los dones de haber recibido la fe, todos los que están aquí, los que siguen a través de los medios de comunicación. Haber recibido la fe, el don de tener a una madre, que está presente, que nos acompaña, que nos defiende, que los cuida. Muchos dones, pero al mismo tiempo, es muy importante entender por qué la primera palabra de la palabra de Dios que hemos escuchado es esta: “el pueblo que andaba a oscuras.” (Isaías 9, 1) Es una palabra que nos dice algo a propósito de nosotros, no es sólo algo que se refiere a siglos atrás, no, no somos nosotros este pueblo que anda a oscuras. Sí porque la misma Jerusalén que era ciudad de Dios, el pueblo escogido por Dios. Los israelitas, bendecidos por muchas gracias, por Dios, el Señor llegó y no se dieron cuenta, no se dieron cuenta que pasaba; un gran obispo, San Agustín decía: «Timeo Iesum transeuntem» (Serm., 88, 14, 13). Temo que el Señor pase y yo no me dé cuenta y bien vivimos en un tiempo de oscuras, sí, de oscuras. Creo que nunca como en estos años hemos vivido en medio de tantas luces, aunque hoy es todavía día hay muchas luces prendidas y también en la noche hay muchísimas luces, pero somos un pueblo que anda a oscuras, ósea que no ve bien, no ve con claridad el camino por el cual el señor lo llama.
Hay muchas luces que nos atraen, pero son luces artificiales, no es la verdadera luz, hay muchas luces que nos atraen; ¿cuál la verdadera luz? ¿cómo hacer para encontrar el camino por el cual el señor quiere que andemos? Antes que todo se trata de ponerse en camino, sí, de salir. En el evangelio hemos escuchado en la página de la de la anunciación. Parece que Dios también andaba un poco a oscuras, no sé si lo han pensado nunca, a veces también el Señor, si, no tiene claridad. Por muchos años, siglos, había intentado en varias veces con muchos profetas, anuncios, milagros había intentado mostrar el camino a su pueblo, pero nada, nada. Si, finalmente tenía un pueblo que lo que él honraba, pero de labios, no con el corazón. Respetaba el sábado, iba a la sinagoga e iba al templo, hacia todo respetaba todos los preceptos y las normas que eran muchísimas, pero el corazón estaba lejos de él, lejos de Dios. Entonces finalmente, Dios emprende un camino nuevo: baja, deja al cielo y baja a caminar con nosotros. No se hace más representar por profetas, otras gentes, no, viene el mismo. Es el anuncio gozosos que hemos escuchado hoy.
“¡Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.!” (Lucas, 1, 28) Es el anuncio que el señor nos da hoy a nosotros, pueblo que anda en las sombras en las tinieblas, pueblo que sí, puede ser. Mons. Fidencio, citando el Papa dijo que, es verdad el Papa lo dijo: Que prefiere una iglesia accidentada por que ha caminado y se ha un poco manchado de tierra, de lo que hay a lo largo del camino, más bien que una iglesia perfecta, limpia, bien ajustada que está encerrada. Bien, la iglesia estaba encerrada, pero ahora como nosotros somos duros de oídos. El señor nos ha enviado la pandemia, que nos ha encerrado físicamente. Bien, la invitación del Obispo, del Papa, de la palabra del Señor es que ahora es tiempo de salir de este encierro, salir de este encierro. Hemos visto que no se está bien encerrados, hasta nos enferma. Todavía no se aprecia bien cuánta gente se quedará enferma después de este encierro; hay que salir, claro con todas las medidas, pero hay que salir, hay que salir y anunciar lo que el ángel anuncia hoy a la virgen: ¡Alégrate, el Señor, está contigo! Si lo necesitamos este anuncio, porque tenemos la impresión de que el Señor no está con nosotros, tenemos la impresión que quizá está ocupado en otros asuntos, nos sentimos abandonados a veces, nos sentimos solos. Somos la generación que quizás tiene más amigos en Facebook, Instagram, TikTok, todos las redes sociales que hay, podemos tener centenas y millares de amigos, pero somos solos más que nunca, solos.
Bien, iglesia de Querétaro, bien, orden de san Francisco, tenemos que llevar a toda la gente que es mucha, a toda la gente que le falta la presencia del Señor, que se siente sola. Tenemos que llevarle este anuncio: El Señor está contigo. Que lo hemos encontrado nosotros, somos privilegiados, pero claro, no somos privilegiados para tener una medalla y pensar con esto que tenemos boletos ya listo para entrar en el paraíso, eh no, no. Significa solo que el Señor nos ha dado diez talentos y espera el doble o sea diez, mucho más que los demás.
El Señor nos ha permitido de verlo, de tocarlo, piensen hermanos sacerdotes, lo tocamos todos los días, lo tocamos que se hace de alimento, que se da y nos permite tocarlo porque nos pide hacerlo mismo: “Hacer lo mismo en conmemoración mía.” hacernos pan, darnos de comer.
Hay una página del evangelio que todos conocemos muy bien, la página del buen pastor. Donde el Señor dice que el buen pastor deja las noventa y nueve ovejas en el retablo, para ir a buscar a la única que se ha perdido, ¿lo hacemos? tengo la impresión que no. Hoy el Señor le pregunta a cada uno de ustedes, párrocos: ¿Saben cuántas son las ovejas que le han sido confiadas? A veces yo lo pregunto, y la respuesta es siempre: más o menos 10,000, 3,000, 5,000 quién sabe, qué diríamos si un papá, una mamá de familia le pedimos cuántos hijos tienes y me contesta a no lo sé cuatro, cinco, diez, doce, no sé, ¿se puede llamar mamá o papá de familia? Para remediar a esta falta nuestra, de todos nosotros. El Papa invita a toda la iglesia hoy, es providencial que sea hoy, en la fiesta de la coronación pontificia de la virgen del pueblito, que se desplaza porque no es esto su lugar normal, vienen aquí para hacerse encontrar de todos nosotros, para darnos la posibilidad de encontrarla. Y no sólo viene aquí, peregrina, va por todas las parroquias y fuera también de la diócesis y en toda la provincia franciscana, peregrina, si es la imagen perfecta de la virgen. La primera cosa que hizo la virgen cuándo recibió este anuncio del ángel que hemos escuchado en el evangelio, ¿saben qué hizo? que sigue en el evangelio, piensen un momento las jóvenes que están aquí o que siguen esta misa, si el ángel se presentaba ustedes, no y le anunciaba que iba a ser la mamá del Señor, ¿qué va a hacer? ¿cuál sería su primera reacción? la virgen parece según la tradición que era muy joven 16 años dicen, ¿qué haría una muchacha de 16 años? seguro que la primera cosa que haremos deponerlo en Facebook e Instagram y hacerlo saber a todo el mundo, hacerlo saber a todo el mundo. Claro para nosotros sería un gran problema, porque no es normal, no es bueno tener hijos a esta edad hoy, pero en ese en ese entonces a la normalidad. Y además era algo que todos, todas esperaban, tener la dicha de serla madre de Dios, lo había anunciado el Señor, eran mil años que lo habían anunciado y todavía no se había realizado, entonces había una gran expectativa por ver esto. Entonces, la virgen no hace esto, no pone manifiesto, no pancartas, no anuncia a todo el mundo, no. Entre todas las palabras del ángel el ángel le dijo entre otras cosas que su prima Isabel en su edad avanzada, estaba esperando un hijo, estaba embarazada. Entonces, la primera preocupación, la primera respuesta de la virgen fue ¡Ah, mi prima tiene necesidad de mí! de mí ayuda voy, me desplazó e inició su peregrinación. El primer peregrinaje que hizo la virgen fue enseguida, apenas lo supo que era la mamá del Señor fue a su prima ayudarla y bien ha llegado el tiempo de hacer lo mismo.
El Señor está pasando, nos llama a ir al encuentro de todos nuestros hermanos y hermanas de nuestra familia. Ha pasado demasiado tiempo que hemos permitido nuestros hermanos hermanas de alejarse silenciosamente, lo hemos perdido de vista, no lo encontramos en nuestra reunión dominical o en otras reuniones. Y nonos preguntamos qué ha pasado, por qué. Po eso el Papa ha llamado a toda la iglesia a iniciar un camino sinodal, que significa: es el momento de reunirnos todos. Porque o se camina todos juntos o no se avanza. Ha pasado el tiempo, nosotros que somos adultos mayores puede ser que lo recordamos, el tiempo en el cual en nuestra familia nosotros cuando éramos niños, teníamos solo que estar callados, las cosas importantes las razonaba papá y mamá o solo papá a veces. Ahora el tiempo ha cambiado, si hay un problema, en una familia de hoy, hay que convocar alrededor de la mesa a todos: papá, mamá e hijos, porque del problema se sale solos todos nos juntamos y la misma cosa vale por la iglesia, que es una familia, la familia de los hijos de Dios. No se avanza, corremos el riesgo de ser la Jerusalén de hace 2000 años, de ser el pueblo de Israel desde hace 2000 años, que Jesús llegó y no se dio cuenta y quedó descartado. Correremos ese riesgo si no aprovechamos la oportunidad que el Papa nos llama a aprovechar, reunir toda la familia para seguir y caminar juntos.
La Virgen nos ha dado el ejemplo primero, seguirá dándonos por qué sigue caminando, sigue peregrinando, nos piden seguir el mismo ejemplo. Darnos cuenta convocar a todos nuestros hermanos y hermanas. Por qué sí, hay un pueblo que anda en las sombras, hay un pueblo que anda en las tinieblas y no por su elección no por qué es malo, sólo porque se ha quedado atrás o se ha desviado y necesita que vayamos a buscarlo, que los recojamos con cariño, como hace el buen pastor que cuando encuentra la oveja no va, no la maltrata, no la regaña, no, se la pone en torno al cuello. Hay mucha gente que necesita eso, también aquí en Querétaro, cuanta rabia, me impresiona siempre, los medios de comunicación, las redes sociales son una cosa magnífica pero al mismo tiempo cuanta rabia se expresa en estas redes, cuánto malestar y nosotros tenemos un anuncio alegre, ¡Alégrate, el Señor está contigo!
Que sea hoy la oportunidad para agradecer al Señor, agradecer a la virgen por habernos dado este don y que este don sea también para nosotros un compromiso. No hay fiesta si hay alguien que se aparta, que no celebra con nosotros. Que sea un compromiso para llamar a esta fiesta para dar cuenta que el Señor está con nosotros a todos nuestros hermanos y hermanas.”
Al finalizar la homilía, se procedió a renovar el acto de coronación, colocándole al Divino Niño del Pueblito, las potencias sobre su cabeza, en lugar de la corona. Y a la bendita imagen de la Virgen del Pueblito se le coloca sobre su cabeza la nueva corona regia de oro. Mons. Franco Coppola junto con Mons. Fidencio realizan este acto mientras de la cúpula cayeron pétalos de rosa.
Después se continuó con la liturgia eucarística y para finalizar Fray Flavio Chávez dio un discurso de agradecimiento para todos los que asistieron e hicieron posible estos eventos en torno al aniversario, al final, Mons. Franco Coppola impartió la bendición apostólica.
Foto y fotos de álbum en Facebook por Juan Diego Camarillo