Hambre de la Eucaristía

Por Martha Morales

¿No te hace ilusión trabajar por un Reino que no tendrá fin? Entonces que tu oficio sea éste: rezar.

Hay que vivir esperanzados y muy dispuestos a luchar y a sufrir por Dios. El triunfo del Corazón de María viene antes del triunfo del Corazón de Jesús, aunque luego reinarán unidos. Pero María prepara a la humanidad y esa preparación viene a través de la Gran Tribulación. Se trata de una purificación que la humanidad necesita para sobrevivir, pero en México no triunfará la Serpiente. En la sangre de nuestros mártires de la Cristiada, y los de España, los de la Guerra Civil, nos purificamos, en la sangre de los que pudieron morir y vencer por la fe.

El problema está en que no estamos entregados, y estamos aletargados, entumecidos, hipnotizados. Hay que despertar.

Hay que saber prescindir de la televisión, lecturas, música, internet y de lo que n os aleja de Dios. Y buscar largos ratos para orar a Jesús y María. Oremos en la casa, en la calle, en el transporte, en el campo, paseando, y, sobre todo en las iglesias o templos donde esté el Santísimo Sacramento. Hemos de visitar al Señor y estar largos ratos con Él, adorándole y contándole nuestras cosas. Pidamos deseos de estar con Él, “hambre de Eucaristía”, y unirnos a Él en la comunión y durante el día.

Jesús se encuentra muy solo en los sagrarios. Hay que acudir a las Iglesias y evitar las profanaciones, que se dan en el templo cuando está casi solo.

Dios quiera que de nuestra patria salga el Reinado Eucarístico. Hay gente poderosa que nos quiere quitar la Eucaristía. Debemos saber que, no hay Cuerpo Místico real sin Eucaristía. Si se suprime la Eucaristía, eliminaremos la presencia del Cuerpo Místico en la tierra; nosotros solos no somos el Cuerpo Místico. Dios ha querido estar con nosotros, ¡se ha quedado a vivir entre nosotros! No solo en medio de su Tienda, sino que nos invita a pasar y nos convida de su Banquete.