Aunque apenas el 5% de los chinos son cristianos, el hecho de que la destrucción de iglesias, el derribo de cruces y el encarcelamiento de creyentes sea constante es la prueba más clara de que China le teme a los cristianos, y que es, por tanto, en el cristianismo donde radica el final de la dictadura comunista y el triunfo de los derechos humanos.

Actualmente hay más de 70 millones de cristianos en China; algunos calculan que la cifra incluso podría ser de 200 millones, por lo que China o ya es o está cerca de ser la nación con más cristianos en el mundo.

A pesar de la persecución, las conversiones anuales a Cristo son de al menos cien mil personas, y se producen especialmente en los estratos más altos de la población china; estudiantes y empresarios encabezan la lista. Por eso las drásticas medidas anticristianas de Xi Jinping sólo dejan ver su desesperación.

Un anciano obispo de aquella zona del mundo anima a los cristianos con estas palabras:

“¿Ellos [los funcionarios del gobierno] toman sus iglesias? ¿Ya no pueden celebrar? Vayan a casa y recen con sus familias… Esperen mejores tiempos. Vuelvan a las catacumbas. El comunismo no es eterno”.

TEMA DE LA SEMANA: CHINA: DONDE EL CRISTIANISMO SE HA TOPADO CON UNA GRAN MURALLA

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 30 de enero de 2022 No. 1386

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