El más reciente informe de Open Doors señala que 360 millones de cristianos fueron perseguidos en el mundo en 2021.

En China la persecución anticristiana siempre ha existido; pero con la llegada en 2013 de Xi Jinping al poder la situación empeoró.

Xi Jinping ha impuesto la “sinización de la religión”, que es la reeducación de las religiones para alinearse con la ideología del Partido Comunista Chino, y, si se oponen, desaparecerlas.

Aquí hay unos ejemplos:

  • Cruces abajo. Entre 2014 y 2016 los funcionarios del gobierno eliminaron unas dos mil cruces de iglesias cristianas en la ciudad de Wenzhou, provincia de Zhejiang.
  • Los cristianos son terroristas. A finales de 2016 el gobierno de la provincia de Zhejiang instaló por la fuerza cámaras de vigilancia en iglesias para conocer exactamente quiénes estaban asistiendo, con qué frecuencia, y qué se decía adentro. Ello con “fines antiterroristas y de seguridad”, porque para China un cristiano es un terrorista del que hay que cuidarse.
  • Exigen fe en el Partido Comunista. En 2018, en la provincia de Henan, cuando el gobierno removió la cruz de la iglesia de Bo’ai, el templo más grande de Asia, el administrador preguntó: “¿Por qué no se nos permite creer en Dios?”, y se le respondió: “Tienes una fe tan grande en Jesús, ¿por qué no tienes fe en el Partido Comunista?”.
  • Adiós convento. El 18 de diciembre por la noche fue derribado un convento de monjas en Qiqihar. Apenas en la mañana de ese mismo día habían recibido la orden de desalojo.
  • Banderas en lugar de cruces. En todo el condado de Xinyu, Jiangxi, en sustitución de cada cruz removida en los templos se debe exhibir la bandera de China y la imagen del presidente Xi Jinping.
  • Se prohíbe la evangelización on line. En 2018 el gobierno prohibió todas las actividades religiosas en internet: ceremonias, predicaciones, oraciones, etc. También quedaron vetados los blogs y páginas web católicos o protestantes.
  • Los niños tienen prohibido ir a Misa. El 1 de febrero de 2018 entró en vigor el nuevo Reglamento para Asuntos Religiosos, por el que a los niños les queda prohibido ir a Misa y tomar clases de catecismo ya que no están autorizados para entrar en las iglesias y demás recintos eclesiásticos.

Para asegurar que no vayan, se ha obligado a todos los templos a instalar sistemas de reconocimiento facial. También estudiantes y militares tienen prohibido entrar.

  • Derribo de santuarios marianos. En 2018 las autoridades chinas derribaron el santuario de Nuestra Señora de la Felicidad, en Anlong y en 2019 el de Nuestra Señora de los Siete Dolores, en Dongergou. Eran sitios de peregrinaciones católicas.
  • Enseñan a los niños a odiar la religión. Desde el jardín de niños y la primaria se enseña que creer en Dios es anormal, y que hay que denunciar a quien practica una religión, aunque sean sus propios padres. Un niño pequeño le dijo a su madre creyente:

“Mi maestro dice que si eres cristiana te irás de casa y no me cuidarás. También puedes prenderte fuego”.

En una escuela de Xinzheng, provincia de Henan, les ha dicho una maestra: “Si tu madre va a la iglesia y cree en Dios, ya no te quiere como hijo”.

  • Desaparecen los Mandamiento. En septiembre de 2018 se ordenó a la secta protestante pentecostal de los Tres Yo que reemplazara las exhibiciones de los Diez Mandamientos por frases de Xi Jinping.
  • Se prohíben los bautizos. Un nuevo reglamento de 2019 prohíbe los bautizos para así detener el cristianismo en China. Y las iglesias domésticas —Misa u oración comunitaria en una vivienda— ahora son consideradas como lugares de mercado negro.
  • Cambios en la Biblia. El gobierno determinó en 2019 que la Biblia debe reescribirse. Se destaca que las parábolas de Jesucristo tendrán que alinearse con el Partido Comunista.
  • Pago a “Judas”. En 2019 se conoció que funcionarios gubernamentales en Guangzhou estaban pagando hasta mil 500 dólares a los ciudadanos que, como nuevos “Judas”, informaban si sus vecinos participaban en lo que el gobierno llama “actividades religiosas ilegales”.
  • Sacerdotes y obispos torturados. Son numerosos los casos de sacerdotes y obispos católicos encarcelados, torturados y/o enviados a campos de trabajo forzado. Por ejemplo, el 1 de noviembre de 2021 el gobierno secuestró de nuevo a monseñor Shao Zhumin, obispo de Wenzhou. Muchas veces este obispo ha sido arrestado y desaparecido por meses. Y sus secuestros siempre tienen lugar en vísperas de fechas católicas.

TEMA DE LA SEMANA: CHINA: DONDE EL CRISTIANISMO SE HA TOPADO CON UNA GRAN MURALLA

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 30 de enero de 2022 No. 1386

Por favor, síguenos y comparte: