Por Angelo De Simone

En esta cuaresma hacemos una pausa para celebrar la maravillosa solemnidad de la Anunciación.

María, la mujer valiente del sí, que con tan corta edad decide entregarlo todo para llevar la misión de Dios a feliz término, se convierte en un ejemplo de seguimiento a Cristo en nuestra vida.

La Anunciación nos enseña el misterio del amor, donde el Verbo se encarna y viene a traer esperanza al mundo. Para Dios no hay imposibles.

Cuando confiamos en Dios, ¿lo hacemos desde el corazón o sencillamente lo hacemos como un “veamos qué pasa”?

Sigamos con radicalidad a aquel que nos ha amado primero, seamos valientes como María y permitamos que el Verbo encarnado llegue a nuestra vida.

Que durante esta reflexión del Evangelio de este 25 de marzo 2022, podamos descubrir las respuestas a la pregunta ¿Qué quieres de mí Señor? ¿Cómo puedo encarnar tu palabra en mi vida? O en cambio, ¿Qué me impide dar el primer paso en el seguimiento de Cristo?

Vivamos enamorados de Cristo para que, bajo ese sentimiento, logremos salir a predicar su palabra y llevar esperanza a aquellos corazones que tanto lo necesitan.

Dios te bendiga

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