Hace unos días, justo el pasado 1 de mayo, se cumplían 97 años del natalicio del sacerdote italiano Gabriele Amorth (1925-2016), sin duda el más famoso exorcista de todos los tiempos, y el cual nunca se retiró de este ministerio.

Por qué sus libros

En 30 años realizó unos 70 mil ritos de exorcismo; además, en lugar de buscar mantener en lo oculto las manifestaciones que realiza Satanás en la sociedad actual, decidió hacerlas públicas para enseñar a la gente a escapar de las trampas del Maligno y de sus cinco acciones extraordinarias: sufrimientos físicos de origen diabólico; posesiones diabólicas; vejaciones diabólicas; obsesiones diabólicas y,devastaciones diabólicas en casas, objetos y animales.

Para ello escribió diversos libros, que fueron un éxito rotundo; el primero, “Narraciones de un exorcista”, y luego vendrían, entre otros: “Un exorcista cuenta su historia”, “Me encontré con Satanás”, “Dios es más bello que el Diablo”, “María contra el mal: La Mujer que nos ayuda en la lucha contra el Diablo”, “El último exorcista: Mi batalla contra Satanás”, etc.

De buen humor

Además, concedió muchas entrevistas para la prensa y la TV. Sin embargo, era la persona menos ávida de protagonismo; y su personalidad no tenía nada de misteriosa, solemne o tortuosa, como Hollywood suele personificar a los expulsores de demonios. Y si se le hubiera ocurrido asistir a un casting, jamás le habrían dado el papel de exorcista en una película.

Era un hombre sumamente paternal con la multitud de aquejados que acudían a pedirle ayuda. Sólo era duro, muy duro, cuando se dirigía los demonios, a quienes no les tenía ningún miedo; de hecho, con frecuencia iniciaba sus exorcismos haciéndoles muecas burlescas a los “inquilinos” a quienes quería expulsar.

Su temperamento era sereno y equilibrado, pero con muy buen humor. Un hombre que fue liberado por el padre Amorth mediante exorcismos cuenta cómo el sacerdote le dijo en una ocasión para quitarle tensión:

“¿Sabes por qué, cuando el Diablo me ve, huye? Porque soy más feo que él y le doy miedo”.

Un mundo de aventuras

En tres décadas de aventuras combatiendo a Satanás y a sus huestes, el padre Amorth acumuló una infinidad de anécdotas y datos sorprendentes. Aquí mencionamos algunos, así como los libros donde están anotados:

  • “Recuerdo bien uno de los primeros casos que tuve bajo mi cuidado y que todavía no se ha resuelto. Estaba exorcizando a una muchacha a la cual periódicamente le reaparecía el maleficio… Pregunté a mi maestro, el padre Cándido, cómo terminaría y si mi trabajo era en vano. Me contestó sin dudar: ‘Dios es más fuerte. Así que pueden retardar la liberación, pero no pueden bloquearla’… Es uno de los tantos modos con los cuales el demonio se sirve para tratar de desanimar a la persona atacada y al mismo exorcista” (“Nuevos relatos de un exorcista”).
  • “Dos jóvenes hermanos acudieron a mis bendiciones angustiados por malestares de salud y por extraños ruidos en su casa… Cuando los interrogué resultó que los inconvenientes habían empezado cuando sus padres decidieron llevar a su casa al abuelo que había quedado solo. Era un hombre que blasfemaba continuamente, lanzaba imprecaciones y maldecía todo y a todos” (“Narraciones de un exorcista”).
  • En un exorcismo le preguntó el padre Amorth a Satanás. “¿Cuáles son las virtudes de Nuestra Señora que más te encolerizan?”, y el Diablo respondió:

“Ella me enfurece porque es la más humilde de todas las criaturas y porque yo soy el más orgulloso.

“Porque Ella es la más pura de todas las criaturas y yo no. Porque Ella es la más obediente a Dios y yo soy el más rebelde” (“El último exorcista”).

  • En otro exorcismo “el demonio me dijo: ‘Mira qué le he hecho a tu monigote’. En el jardín de la casa había una pequeña estatua de la Virgen. Le dije al marido que fuera a ver. Al volver me dijo que la Virgen lloraba sangre. Tras el exorcismo salimos todos al jardín; yo mismo pude constatar que era cierto…

“El 10 de diciembre el diablo prometió que al día siguiente, ‘el día de tu Señor’ (era domingo) por la tarde, se marcharía para siempre durante el exorcismo. Al día siguiente fui a la casa de la mujer… y en cuanto empezamos a rezar el demonio gritó: ‘… ¿Quién es esa Mujer rodeada de luz? ¡Se está acercando!’. ‘¡Es la Virgen!’, grité yo. Y él prosiguió: ‘Veo una luz muy grande, con doce estrellas y la luna debajo. No puedo, no puedo quedarme’”. Entonces el demonio lanzó un chillido y la mujer quedó liberada (“Memorias de un exorcista: Mi lucha contra Satanás”).

TEMA DE LA SEMANA: «HISTORIAS DE EXORCISTAS: CON EL DIABLO NO SE NEGOCIA”

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 8 de mayo de 2022 No. 1400

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