Por José Ignacio Alemany Grau, obispo
Reflexión homilética 26 de junio de 2022
Amigos, la liturgia de esta semana iba a decir que es casi única ya que coinciden dos solemnidades: el Sagrado Corazón de Jesús y la Natividad de San Juan Bautista.
Por eso, me permito hacer una reflexión en cuatro tiempos que no pueden ser muy largos, por supuesto. En este orden: (1) 26, Domingo XIII; (2) 25, Inmaculado Corazón de María; (3) 24, Sagrado Corazón de Jesús; (4) 23, Natividad de San Juan Bautista.
Domingo XIII del tiempo ordinario
Nos encontramos con Elías que, según la orden de Dios, escoge a Eliseo como sucesor suyo en el profetismo de Israel.
Eliseo acepta la llamada del Señor y pide permiso para decirle adiós a sus padres.
En el intermedio presenta a Dios una ofrenda sacrificando la yunta de bueyes y, además, da una comida de despedida a toda su gente.
+ El salmo responsorial (15) nos recuerda que tenemos una vocación; Dios nos ha llamado a todos: «Señor, tú eres mi bien. El Señor es el lote de mi heredad y mi copa».
Esta presencia de Dios produce una gran alegría:
«Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas».
+ San Pablo nos advierte que nuestra vocación es al amor y a la verdadera libertad. De ahí que tengamos una lucha interior entre la carne y el espíritu, que nos lleva a hacer lo que no queremos. Por eso Dios nos ha dado su Espíritu y nos recuerda el apóstol que «si os guía el Espíritu no estáis bajo el dominio de la ley».
+ El Evangelio nos habla de tres vocaciones que se presentan a Jesús, ninguna de las cuales llegó a buen término. Te invito a leerlo en Lc 9,51-62.
Inmaculado Corazón de María
En la oración colecta de la fiesta la liturgia nos dice que: «Dios ha preparado en el corazón de la Virgen María una digna morada al Espíritu Santo». Y es en ese corazón, especialmente creado por Dios, en el que se formará en el cuerpo bendito de María, y muy cerca de su propio corazón, el Corazón de Jesús. Y este Corazón quedó para siempre en la Eucaristía.
Y si nos preguntamos: ¿Qué tesoro ha almacenado el Inmaculado Corazón de María?
Nos dice San Lucas que María guardaba todas las cosas de Jesús en su corazón.
Sagrado Corazón de Jesús
El ciclo C nos presenta, fundamentalmente, al Corazón de Jesús como Buen Pastor.
Ya Ezequiel nos dice: «Yo mismo, en persona, buscaré a mis ovejas, siguiendo su rastro. Como sigue el pastor el rastro de su rebaño cuando las ovejas se dispersan…»
+ El Evangelio, por su parte, nos recuerda la parábola de Lc 15:
«Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada hasta que la encuentra?
Jesús es ese Buen Pastor que, al traer a un pecador al reino de Dios, da más alegría al cielo «por un solo pecador que se convierte que por noventa y nueve justos» que se mantienen fieles.
Finalmente, recordemos estas bellísimas palabras de San Pablo:
«El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado».
La Natividad de San Juan Bautista
Juan Bautista es «el mayor de los nacidos de mujer», según la expresión de Jesús.
La Iglesia lo celebra, como a todos los mártires, el día de su «natalicio», es decir, su nacimiento para el cielo. Y celebra el martirio como memoria el 29 de agosto.
Pero solo hay tres grandes celebraciones por el nacimiento a este mundo: el primero, evidentemente, es el de Jesús. También María es celebrada ya en su Concepción Inmaculada. Y el tercero, San Juan Bautista, que «saltó de alegría en el vientre de Isabel» el día que la Virgen María visitó a su anciana prima.
Les invito a meditar la grandeza de este santo precursor, dejándoles unas frases muy importantes que él dijo:
+ «Este es el que bautiza con el Espíritu Santo y yo lo he visto y dado testimonio de que es el Hijo de Dios».
+ Más adelante nos dirá a todos: «El que tiene la esposa es el esposo. En cambio, el amigo del esposo, que asiste y lo oye se alegra con la voz del esposo. Pues esta alegría mía está colmada».
+ Y, añadirá, desde su profunda humildad «Él tiene que crecer y yo tengo que menguar. El que viene de lo alto está por encima de todos».
Aprovechemos, amigos todos, esta semana tan maravillosa y ahondemos en las enseñanzas que nos ofrece la Iglesia a través de la liturgia.
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