No importa la edad que tengan, siempre será necesaria su presencia, su amor y su rol de guía

Por Angelo De Simone R.

Celebrar varias fechas al año puede que sea para muchos un gran invento comercial, pero para otros es un momento importante para reconocer y festejar a ciertas personas que han tocado nuestra vida y han hecho de ella una oportunidad para crecer y alcanzar nuestro máximo potencial.

En lo particular soy de los que piensa que el día de la madre, del padre y otras celebraciones, son todos los días, ahora bien, eso no deja de lado que podamos tomarnos algunos en particular para celebrarlos por todo lo alto.

La figura paterna

Hace unos días vi un comercial por las Redes Sociales que hablaba sobre el significado de la palabra “Padre”, y claramente me hizo reflexionar sobre los que tengo cerca y los que desde el silencio aman y sirven sin esperar nada a cambio. ¿Cuántas veces no cometemos el error de menospreciar la figura paterna atribuyendo todo a las madres? La mía, como muchas, sin duda alguna tiene mención especial, pero eso no debe restar nunca el amor y cariño que un padre también puede dar.

Cuando pienso en Dios como Padre y luego veo los referentes paternos con que me he encontrado en mi vida, mi padre, mis tíos y particularmente ahora más latente el de mi hermano que es primerizo, me doy cuenta cuanto puede llegar a amar un padre a sus hijos: le brillan los ojos al verlo, renuncian a muchas cosas por su bienestar, protegen hasta el final al producto de su sangre… pero también hay muchos otros que sin ser sanguíneamente padres, lo son por opción personal y se hacen con el título por su amor y cariño para esos que han acobijado como hijos.

¿Quién será ese hombre al que le decimos padre? ¿Puedes recordar algún momento significativo con esa figura paterna que Dios te regaló? Ese hombre es el que un día te miró con ternura (con unas canas menos), dejando palpitan rápidamente su corazón teniendo la convicción de que su vida ya no sería igual. Ese hombre ha pasado grandes ratos mirando y velando tu sueño, el de su “campeón” o el de su “princesa” sin imaginar ni un segundo que el tiempo pasaría tan rápido que aquel niño que llevó por primera vez al colegio y compartió con las tantas vacaciones, ya hoy es un hombre o mujer, preparado para la vida y los retos que la misma presenta.

Celebrar, agradecer, perdonar

Hoy es un día para recordarlos, hayan sido de sangre o adquiridos en el tiempo, porque con su ejemplo y su trabajo, con muchas horas de altas responsabilidades, tensión y esfuerzo, han logrado ver algo que desde el interior los empuja y los sostiene al momento de llegar a su casa: la voz y la mirada de sus hijos que con ternura dicen “papá”.

Si eres padre, aprovecha este día para darle gracias a Dios y pedirle que a ejemplo de San José puedas seguir dando testimonio. No importa la edad que tengas, sino el amor que estás dispuesto a dar para seguir nutriendo de alegría la vida de tus hijos que, sin importar la edad, necesitan de tu presencia y tu cariño, pero sobre todo de tu rol de guía.

Ojalá sean muchos los que hoy puedan reconocer en alguna figura paterna la bendición de tener un padre y de decir: “ese hombre tan duro y a la vez tan tierno, ese hombre que toda su vida fue trabajador, sencillo, honesto y fiel, ese hombre que supo ser la fortaleza de mi hogar y que solo su presencia nos llenaba de seguridad, amor, tranquilidad y paz por ser un hombre de bien, un hombre bueno, ese hombre es mi padre… o fue mi padre”. Y sino, es un tiempo especial para perdonar, para tomar una decisión distinta y dar a los demás eso que tanto esperamos recibir. Por ello, es un día para reflexionar y para promover el amor que tanto deseamos recibir. Y tú ¿qué harás hoy para ser un buen hijo y/o un buen padre?

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 12 de junio de 2022 No. 1405

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