Por Sergio Estrada
Ante la violencia e inseguridad que priva en nuestro país. La Conferencia del Episcopado Mexicano CEM, la Conferencia de Superiores Mayores de México CIRM y la Provincia de la Compañía de Jesús han convocado a una Jornada de oración por la paz en México. A través de un comunicado las instituciones religiosas se dirigen a obispos, sacerdotes y fieles en general a participar en esta jornada en 4 acciones:
En el comunicado llamado: “Oremos juntos por la justicia y la reconciliación por la paz”, los obispos señalan que la sangre derramada de los hermanos y hermanas es la sangre de Jesús que cae a la tierra para hacerla fértil y emprender un camino por la paz.
“Por eso convocamos a una jornada de oración por la paz. Necesitamos estar unidos en este momento en que la indignación de nuestro pueblo ante la barbarie de la violencia no esta abriendo una puerta para la paz”, señala el mensaje.
Por esta razón los obispos piden: Que en todas las misas a celebrarse el próximo 10 de Julio hacer memoria de todos los sacerdotes, religiosos y religiosas que han sido asesinados en el país y ofrecer la intención de la Eucaristía por su vida para que su dolor nos acompañe en este camino por la paz. En estos templos se pueden colocar fotografías de estos hombres y mujeres que han dado su vida por el pueblo de Dios.
En este mes de Julio se pide celebrar misas o realizar oraciones comunitarias en lugares significativos que representen a todas las personas que han desaparecido o sufrido una muerte violenta. O cualquier otra persona en situación de exclusión o vulnerabilidad ahí existe una herida que sanar y ahí esta la fuerza que hoy se necesita para construir la paz. Hacer memoria de la muerte y resurrección de Jesús en estos lugares transformando el miedo en fuerza para construir la paz.
Como signo profético de nuestra Iglesia, la Eucaristía del 31 de Julio se pida por los victimarios, oremos por sus vidas y la conversión de sus corazones, tendamos la mano para recibirlo con el corazón arrepentido a la casa de Dios. Ellos también son nuestros hermanos y necesitan de nuestra oración. No más violencia en nuestro país.
Cada diócesis y congregación religiosa o parroquia definirá las acciones a emprender para abonar en este camino para la paz: como horas santas, procesiones por la paz, mensajes al pueblo de Dios. Hoy necesitamos historias de esperanza para pedir por la paz.
Los obispos quieren apostar por el diálogo social para construir un camino de justicia y reconciliación que nos lleve a la paz. Estamos delante de un problema complejo que necesita de todos y de todas para atenderlo desde la raíz y así dejar que el Cristo resucitado haga surgir una nueva mirada que permita construir los acuerdos que hoy México necesita.
“Nos encomendamos a la Virgen de Guadalupe, quien siempre ha acompañado al pueblo de Dios en los momentos más difíciles de su historia. Ahí esta la madre que nos regala un abrazo de paz y nos envía a ser peregrinos de esperanza y unidad”.
Imagen de Gerd Altmann en Pixabay