Cristo entregó su vida por amor a nosotros, derramando su sangre por ti y por mí

Por Angelo De Simone

Desde pequeño he escuchado de mi abuela Isabel y mi tía Beatríz que la sangre de Cristo tiene poder y que el cubrirnos con ella, nos fortalece de manera admirable ante las dificultades del día a día, pero… ¿Qué significado tiene esta sangre?

La sangre, como sabemos por nuestras clases de Biología, es un líquido vital que transporta oxígeno y alimenta las diversas partes del cuerpo. Es por ello que la sangre es signo de vida y el donarla muchas veces significa transmitir vida a un enfermo.

Desde la antigüedad, los mártires han dado un testimonio por excelencia de como entregar la vida por el Reino, llegando hasta el extremo, derramando su propia sangre por la fe o en un acto de inmenso amor para con sus prójimos.

Ahora bien, en pleno siglo XXI donde los valores están muchas veces invertidos y el mundo clama justicia y paz, ¿Qué valor tendrá la sangre derramada por Cristo para el perdón de nuestros pecados? Pareciera que en medio de tanto dolor, no fuese suficiente el sacrificio de Jesús, ya que el mundo lo niega y desprecia el camino de Bienaventuranzas que Él nos planteó.

Según mi parecer, la sangre de Cristo ha pasado por un proceso de inflación, a medida que pasa el tiempo cobra nuevo valor y sigue pagando tantas infidelidades a lo largo del mundo. Cristo entregó su vida por amor a nosotros, derramando su sangre por ti y por mí. Comenzó claramente a derramarla desde el Getsemaní y lo siguió haciendo a lo largo de su via dolorosa, ahora bien ¿Cuál es su valor?

Desde tiempos antiguos, a nivel bíblico, la sangre de Cristo sella la nueva alianza con Dios, por eso cuando Cristo menciona las palabras en la Última Cena, dice enfáticamente: “Este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna que será derramada por ustedes y por muchos, para el perdón de los pecados”.

Esta sangre es especial porque no solo sella alianzas sino que perdona los pecados. Es el precio que Cristo ha pagado para comprar nuestro rescate. Ahora bien, es necesario ser correspondientes con ese amor y hacerle justicia. Este sacrificio de amor supone vivir de acuerdo con el precio que el pagó, en ese sentido, cuando somos infieles a su voluntad y nos alejamos de su camino, dejamos de hacerle justicia a la sangre que ha derramado por nosotros.

Todos somos débiles y pecadores, pero debemos tener un arrepentimiento sincero y un firme propósito de conversión. Empecemos desde lo más pequeño e insignificante, ya que desde allí el Señor nos auxiliará con su gracia y transformará nuestra vida en cosecha para el Reino. Y para ti, ¿cuánto vale la sangre de Cristo?

TEMA DE LA SEMANA: “CRISTO: LA PRECIOSA SANGRE DE UN CORAZÓN ENAMORADO»

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 3 de julio de 2022 No. 1408

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