Este es el tuit de la cuenta @Pontifex:
«El uso de armas nucleares, así como su posesión, es inmoral. Tratar de garantizar la estabilidad y la paz mediante una falsa sensación de seguridad y un ‘equilibrio del terror’ conduce inevitablemente a envenenar las relaciones entre los pueblos y dificulta el verdadero diálogo».
Con motivo del inicio de la Conferencia de la ONU sobre la revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear, que durará hasta el 26 de agosto, el Papa, en un tuit publicado en su cuenta en diez lenguas @Pontifex, reitera la posición de la Iglesia contra las armas atómicas.
En Nueva York, representantes de 190 países
En las próximas cuatro semanas, los representantes de 190 países se comprometerán en la sede de la ONU en Nueva York a restablecer la fuerza vinculante del acuerdo. El tratado ha sido un baluarte contra la proliferación de armas atómicas en el mundo durante más de 50 años y sigue siendo la principal normativa nuclear civil y militar. Consagra el derecho inalienable a la energía nuclear, pero prohíbe la proliferación de armas nucleares. Sólo China, Francia, Reino Unido, Rusia y Estados Unidos pueden tenerlos.
Los llamamientos de Francisco
El Papa Francisco había reiterado su deseo de un mundo libre de armas nucleares, una «responsabilidad costosa y peligrosa», en un mensaje enviado en junio al embajador Alexander Kmentt, presidente de la primera reunión de los Estados miembros del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, que tuvo lugar en Viena del 21 al 23 de junio. También en esa ocasión, el Pontífice subrayó en el documento que la mera posesión de armas atómicas es «inmoral». Por ello, en nombre de la Santa Sede, reiteró la urgencia del desarme, «un objetivo exigente y clarividente» especialmente en un momento en que la humanidad se encuentra en una «encrucijada», así como la necesidad de respetar los acuerdos internacionales: «No son una forma de debilidad, sino fuentes de fortaleza», escribía el Papa.
El 8 de abril, la Academia Pontificia de las Ciencias publicó también una larga declaración sobre la prevención de la guerra nuclear, en la que se enumeran los riesgos que ésta conllevaría para toda la humanidad. El organismo enumeró nueve puntos de acción, junto con cuatro llamamientos a los dirigentes nacionales y religiosos, a los científicos y a los hombres y mujeres de todo el mundo para que «la ciencia ayude a vivir en paz y frene la perversión de sus logros».
Publicado por Vatican News