Por P. Fernando Pascual
Quizá existan páginas que traduzcan los titulares de la prensa para quitar lo vago, o lo sensacionalista, o lo engañoso, y permitir un vistazo rápido de cada noticia.
Así, cuando un titular dice “El gobierno no quiere negociar”, una página de periodismo sano dirá: “Tras las amenazas de huelga salvaje, el gobierno pospone el diálogo”.
O cuando otro titular diga: “Mueren 50 personas a causa de enfrentamientos interreligiosos”, será posible modificar ese titular con lo que fueron los hechos: “Musulmanes agreden y asesinan a 50 católicos”.
O cuando un informativo presente una noticia con este encabezado “Los amarillos han iniciado una fuerte contraofensiva contra los azules”, un titular cercano a los hechos corregirá: “Siguen las derrotas de los amarillos, menos en una región donde parece que han iniciado una contraofensiva”.
Muchas personas leen, en un mundo de prisas, solamente los titulares, y así pueden quedarse con informaciones confusas, o distorsionadas, o incompletas, o simplemente falsas.
Por eso es tan importante promover, en los agentes de la información, criterios éticos que permitan mejorar los titulares para que, al menos, reflejen lo esencial de los hechos, sin recortes ni sesgos engañosos.
Como dije al inicio, quizá ya existan páginas que “traduzcan” y modifiquen los titulares más destacados de la jornada para que acerquen a los lectores a la realidad. Pero, de existir tales páginas, parece que son poco conocidas.
Si no existen, se podría pensar algún modo para crearlas, con personas de mente ágil que puedan identificar la esencia de los hechos más destacados de la jornada y reflejarlos en titulares objetivos, en la medida de lo posible.
Ello permitiría avanzar hacia dos importantes objetivos. El primero: evitar que millones de personas queden atrapadas en el engaño de titulares manipulados.
El segundo, ayudar a esos millones de personas a tener ante sí titulares que, en una o dos líneas, reflejen lo central de cada noticia, para así comprender un poco mejor este mundo complejo en el que nos ha tocado vivir.