A veces pareciera que los únicos temblores importantes en la nación mexicana han sido los del 19 de septiembre, tanto de 1985 como de 2017. Pero no es así.

Este domingo, 28 de agosto se están cumpliendo 49 años del llamado “Terremoto de Orizaba”, de 1973, de 7.3 Mw (“magnitud del momento”, escala sismológica que desde 1979 sustituyó a la de Richter), que por mucho tiempo fue el más mortífero, pues fallecieron 3 mil personas.

Aquí están los más importantes en cuanto a intensidad:

  • El terremoto de Jalisco-Colima de 1932. Sucedió el 3 de junio, con epicentro frente a las costas de ambos estados y magnitud de 8.2 Mw, causando 431 muertes.
  • El terremoto de Chiapas de 2017. Igualmente, de magnitud 8.2 Mw, con epicentro en el golfo de Tehuantepec, frente a Chiapas. Fue el 7 de septiembre a las 23:49 horas, y afectó a Chiapas, Tabasco y Oaxaca. Hubo 102 muertos, 900 heridos y unas 65 mil viviendas afectadas. Originó un pequeño tsunami con olas de 3 metros.
  • El terremoto del 19 de septiembre de 1985. Tuvo lugar a las 7:17 a.m., con epicentro frente a las costas de Michoacán, e intensidad de 8.1 Mw. En Lázaro Cárdenas, Michoacán, el 60% de las viviendas resultaron dañadas, y en la costa de Guerrero se originó un tsunami con olas de 4 metros. En Ciudad de México más de 50 mil edificios sufrieron daños severos. No hay consenso sobre las personas fallecidas; la Secretaría de Protección y Vialidad del DF calculó 10 mil, 15 mil la Cruz Roja, y 20 mil el gobierno de Estados Unidos.
  • El terremoto de Colima de 1995. Sucedió a las 9:35 a.m. del 9 de octubre, con magnitud 8.0 Mw y epicentro en la costa de Colima. Hubo 61 muertos y un tsunami con olas de hasta 5 metros.
  • El “terremoto de Madero”. Ocurrió el 7 de junio de 1911, con epicentro en las costas de Michoacán y magnitud 7.8 Mw. Causó la muerte de 45 personas en la capital del país, y Ciudad Guzmán, Jalisco, quedó casi en ruinas y con muchos heridos.

Se le conoció como “terremoto maderista” porque la gente esperaba ese día la entrada triunfante de Francisco I. Madero a Ciudad de México. El sismo ocurrió a las 4:26 de la mañana, mientras que a Madero se le esperaba a las 10:00 a.m., si bien llegó hasta las 12:30 del mediodía porque el tren se retrasó. Y de esto surgió un dicho:

“Cuando Madero entró ¡hasta la tierra tembló!”.

  • El “terremoto del ángel”. Tuvo lugar el 28 de julio de 1957, a las 2 de la mañana con 40 minutos, con epicentro en la costa de Guerrero y de magnitud 7.8 Mw, dejando 700 muertos y 2 mil 500 heridos en la capital. En este sismo se desplomó el monumento del “ángel de la Independencia”.

El terremoto del 19 de septiembre de 2017 fue de 7.1 Mw, como muchos otros que han ocurrido en territorio mexicano; sin embargo, causó 300 muertes y más de 7 mil heridos. Esto, porque tuvo dos epicentros justo en el centro del país (Morelos y Puebla), y porque fue un sismo no profundo.

Estas cosas suceden porque México forma parte del llamado Anillo de Fuego o Cinturón de Fuego del Pacífico, zona donde ocurre el 90% de la actividad sísmica del planeta y donde se concentra el 75% de los volcanes activos.

Este anillo es una zona de subducción, término que se usa para definir cuando una placa tectónica se hunde debajo de otra.

No hay manera de evitar que ocurra un terremoto, pero sí se puede tener un plan familiar para aminorar la posibilidad de resultar seriamente afectados.

TEMA DE LA SEMANA: «¿QUÉ HACER FRENTE A LOS DESASTRES NATURALES?”

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 28 de agosto de 2022 No. 1416

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