Misterios de la Biblia

Después de crear al hombre —varón y mujer—a su imagen y semejanza, Dios dice en el jardín del Edén: “Hoy les entrego para que se alimenten toda clase de plantas con semillas que hay sobre la tierra, y toda clase de árboles frutales” (Génesis 1, 29). Y a todos los animales les da como comida la hierba verde (cfr. Génesis 1, 30).

Hay cada vez más personas —casi siempre simpatizantes de las corrientes religiosas de la New Age, y otras por puntos de vista ecológicos— que sostienen que el vegetarianismo es la forma de alimentación correcta, y que habría que volver a ella a fin de respetar a los animales y/o salvar al planeta.

Pero mirando las Sagradas Escrituras se encuentran estos otros pasajes: expulsados del Paraíso, a Adán y Eva les nacen dos hijos: Caín, que es agricultor, y Abel, que es pastor, y cuyo sacrificio a Dios de lo mejor de su ganado agrada al Señor (cfr. Génesis 4, 1-4). Y después del diluvio, Noé ofrece al Creador un holocausto de toda clase de animales puros (cfr. Génesis 8, 20-21), y el Creador, complacido, le entrega al ser humano el dominio sobre todos los animales (terrestres, voladores y acuáticos), y añade: “Cuanto vive y se mueve les servirá de comida; y asimismo les entrego toda verdura” (Génesis 9, 3).

Hay muchas otras citas bíblicas que permiten entender que, después del pecado original, la forma de comer del hombre, conforme al plan de Dios, es omnívora, es decir, basada tanto en alimentos de origen animal como vegetal.

Así, al propio Jesús lo vemos en el Evangelio multiplicando no solamente panes sino también pescados para dar de comer a la multitud (cfr. Mateo 14, 13-21); y, como judío que era, cada vez que se celebraba la pascua hebrea Él comía cordero o cabrito (cfr. Éxodo 12, 3-8)

¿Qué tiene que ver esto con nosotros?

Los veganos (vegetarianos extremos, que no incluyen leche, huevos ni miel en su alimentación) están ofreciendo hoy su estilo de vida como presunta fórmula perfecta contra el hambre y los problemas medioambientales. Pero hay que saber, hablando solamente desde la salud, que conseguir un balance nutricional óptimo con la alimentación vegana es muy costoso, pues los alimentos vegetarianos accesibles son excesivamente altos en carbohidratos, así como en grasas pro-inflamatorias Omega 6; además suele ser necesario consumir suplementos de vitamina B para evitar enfermedades graves a causa de esta forma de alimentación.

De cualquier modo, desde el punto de vista cristiano, hay que recordar que “el Reino de Dios no es cuestión de comida o bebida” (Romanos 14, 17).

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 18 de septiembre de 2022 No. 1419

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