Misterios de la Biblia
En el Apocalipsis escribe san Juan que habrá un cielo nuevo y una tierra nueva (Apocalipsis 21, 1) y que vio a un ángel que “dominó al Dragón, la Serpiente antigua —que es el Diablo y Satanás— y lo encadenó por mil años. (…) Vi también las almas de los que fueron decapitados por el testimonio de Jesús y la Palabra de Dios, y a todos los que no adoraron a la Bestia ni a su imagen, y no aceptaron la marca en su frente o en su mano; revivieron y reinaron con Cristo mil años. Los demás muertos no revivieron hasta que se acabaron los mil años. Es la primera resurrección” (Apocalipsis 20, 1-5).
Numerosos Padres de la Iglesia creyeron y enseñaron el milenio tal como se lee en la Biblia, entre ellos san Policarpo, san Justino, san Ireneo, san Hipólito, san Apolinar, san Papías, etc. En cambio, Eusebio de Cesaréa insistía en que esa parte del Apocalipsis fue dicha “figuradamente y de modo simbólico”, y también santo Tomás de Aquino, así como san Agustín al final de su vida, veían con recelo la creencia en un milenio literal.
La enseñanza sobre el milenio se conoce como milenarismo o quialismo, pero de ésta surgió un milenarismo herético, y esto llevó a confusión, creyendo muchos que todo milenarismo es automáticamente una herejía.
El “milenarismo craso” o “milenarismo carnal”, que enseña que habrá un milenio con toda clase de deleites corporales, aparte de otros gozos, está condenado teológicamente. En cambio, el “milenarismo mitigado” o “milenarismo espiritual”, que pone la felicidad del milenio en los gozos espirituales, no está condenado por la Iglesia, aunque tampoco avalado como una doctrina segura. La Sagrada Congregación del Santo Oficio sentenció en 1941: “El sistema del milenarismo, incluso del milenarismo mitigado —a saber el que enseña que según la revelación católica nuestro Señor Jesucristo antes del juicio final, bien después de la resurrección de muchos justos o bien sin haber todavía sucedido esta resurrección, va a venir corporalmente a esta Tierra a fin de reinar— es una teoría que no puede enseñarse con seguridad”.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 2 de octubre de 2022 No. 1421