PREGUNTA DE NIÑOS

Hay millones de personas que no creen o dicen no creer en Dios. Alegan, por ejemplo:

“Si Dios existiera, no habría tanto mal en el mundo”; “Si hay un Dios y es tan bueno, ¿por qué permite que mueran los niños?”; “No creo que Dios exista, porque yo recé mucho para que mi papá regresara con nosotros y no sirvió de nada”; etc.

O sea que la razón de fondo casi siempre es una desilusión. Es que se nos olvida que Dios nos hizo libres, y que entonces podemos elegir el mal aunque con eso causemos dolor a otros. Así que Dios no tiene la culpa de las cosas feas que suceden.

Y, sobre todo, se nos olvida que, tras la muerte, lo que sigue es la vida eterna. Es muy doloroso cuando muere un niño o uno de nuestros seres queridos, pero eso no significa que Dios no exista o que no escuche nuestras oraciones; pero sólo Él sabe cuál es el momento de llamar a una persona a su presencia.

También existen personas que se creen muy sabias, entre ellas muchos científicos, y dicen absurdamente que el universo se hizo solito, o sea que no hay Dios.

Pero, como dice la Biblia: “Todo lo que se puede conocer de Dios lo tienen ante sus ojos, pues Dios se lo manifestó. Lo que es y que no podemos ver ha pasado a ser visible gracias a la creación del universo, y por sus obras captamos algo de su eternidad, de su poder y de su divinidad. De modo que

no tienen disculpa” (Romanos 1, 19-20).

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 16 de octubre de 2022 No. 1423

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