Dios inspiró los libros sapienciales del Antiguo Testamento pensando no solamente en la gente de aquel tiempo, pues su doctrina es perenne, porque Él, dado que es Perfecto, no cambia para congraciarse con las modas y exigencias del mundo.

“Ayer como hoy, Jesucristo es el mismo, y lo será siempre. No se dejen engañar por novedades y doctrinas extrañas a la fe” (Hebreos 13, 8-9).

Por tanto, es tiempo de que la escuela que se encuentra dentro de las páginas del libro de los Proverbios, del Eclesiástico, etc., deje de permanecer en el olvido y vuelva a usarse como orientación.

Aquí hay algunos ejemplos, por temas, a fin de descubrir la riqueza de estos libros de las Sagradas Escrituras:

LOS GOBERNANTES

  • “No pidas al Señor el poder, ni al rey un puesto de honor (…). No aspires al puesto de juez, no sea que no puedas erradicar la injusticia, te acobardes ante el poderoso y pongas una mancha en tu rectitud”

(Eclesiástico 7, 4-6).

LA DIGNIDAD DEL TRABAJO

  • “Sé fiel en tu deber y dedícate a él, y envejece en tu tarea” (Eclesiástico 11, 20).
  • “No desprecies el trabajo duro, ni la labranza, pues los creó el Altísimo”

(Eclesiástico 7, 15).

EL TRATO HACIA LOS TRABAJADORES

  • “No maltrates al criado que trabaja fielmente, ni al jornalero que pone el alma en su faena. Ama al siervo inteligente como a ti mismo, y no le niegues la libertad” (Eclesiástico 7, 20-21).
  • “Mata a su prójimo quien le roba el sustento; quien no paga el sueldo al jornalero no difiere del que derrama su sangre”

(Eclesiástico 34, 22).

  • “Si tienes un criado, trátalo como a un hermano, porque lo necesitas como a ti mismo” (Eclesiástico 33, 32).

LA CARIDAD

  • “No niegues un favor a quien lo necesita, si está en tu mano concedérselo. Si tienes, no digas al prójimo: ‘Anda, vete; mañana te lo daré’” (Proverbios 3, 27-28).

LOS HIJOS

  • “No te goces de tener hijos impíos. Aunque sean muchos, no te alegres si no tienen temor del Señor. (…) Que más vale uno que mil, y morir sin hijos que tenerlos impíos” (Eclesiástico 16, 1-3).
  • “Los hijos nacidos de uniones ilegítimas en el Juicio testificarán la maldad de sus padres” (Sabiduría 4, 6).

LA ANCIANIDAD

  • “No te burles del anciano, pues también nosotros envejeceremos”

(Eclesiástico 8, 6).

  • “Una vejez venerable no son los muchos días, ni se mide por el número de años, pues las canas del hombre son la prudencia, y la edad avanzada, una vida intachable” (Sabiduría 4, 8-9).

LAS PROMESAS

  • “Si haces una promesa a Dios, no tardes en cumplirla, pues Dios no se complace en las promesas necias: cumple lo que has prometido. Más vale no hacer promesas que hacerlas y no cumplirlas” (Eclesiastés 5, 3-4).

EL ÉXITO DE LOS MALOS

  • “No envidies el auge del pecador, pues no sabes cuál será su fatal desenlace. No te dejes fascinar por el éxito de los impíos, recuerda que no llegarán impunes al abismo”

(Eclesiástico 11, 11-12).

  • “No te unas a la multitud de pecadores, recuerda que la ira no tardará. Humíllate profundamente, porque el castigo del impío es fuego y gusanos” (Eclesiástico 7, 16-17).

LA MUERTE PREMATURA

  • “No te alegres de la muerte de nadie, recuerda que todos moriremos” (Eclesiástico 8, 7).
  • “Agradó a Dios y Dios lo amó, vivía entre pecadores y Dios se lo llevó. Lo arrebató para que la maldad no pervirtiera su inteligencia, ni la perfidia sedujera su alma. (…) Como su vida era grata a Dios, se apresuró a sacarlo de la maldad. La gente lo ve y no lo comprende, ni les cabe esto en la cabeza” (Sabiduría 4, 10-14).

TEMA DE LA SEMANA: “SABIDURÍA ANTIGUA PARA LA INCERTIDUMBRE DE HOY”

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 16 de octubre de 2022 No. 1423

Por favor, síguenos y comparte: