Como cristianos debemos apuntar al cielo, mantener siempre el horizonte en la santidad y buscar la mejor versión de nosotros mismos.

Por Angelo De Simone

Una vez un sacerdote, con una pizca de mayéutica socrática, me preguntó al inicio del año: “¿Cuáles son tus propósitos de año nuevo?” Yo, con voz firme y contundente, dije: “tener éxito en mi trabajo, comprar un nuevo carro, ahorrar para las vacaciones, entre otros”. Él con una sonrisa en el rostro me dijo: “¿Estás seguro? ¿Por qué no está ninguno relacionado con Dios?” Mi voz ya no fue tan segura, ni me respuesta tan precisa: “Tiene razón padre”. Posteriormente me respondió: Si no tenemos a Dios en nuestros propósitos, seguiremos cometiendo los mismos errores y llenando de un sin sentido nuestra vida. A partir de este momento los propósitos de fin de año tuvieron otro tinte para mí. A menudo me pregunto: ¿Cómo poder vivir el 2023 cristianamente? ¿Qué actividades realizar para no caer en la holgazanería ni el en ocio y mucho menos en el superficialismo? A continuación, te tengo 7 consejos que te pueden ayudar a plantearte metas cristianas para este 2023:

Pon tus metas en oración: Ten un momento para encontrarte con Cristo y darle gracias por este año 2022 que te ofreció luego de tanto trabajo y fatiga. Recuerda dedicarle unos momentos de tu día a la conversación amigable con Jesús y María. Es desde allí que puedes ofrecerle tu discernimiento y entregarle tu 2023.

Celebra la vida: Muchas veces descuidamos este don que Dios nos regala al momento de respirar. Intenta ver la botella medio llena y no medio vacía. La clave de vivir la vida es agradecer todo lo bueno que tenemos y no enfocarnos en todo lo que no logramos alcanzar.

Establece tiempo para compartir con tu familia: Recibe el amor, la gratitud y todo el cariño que tu familia te ofrece. A menudo nos quejamos por no sentirnos queridos o amados, cuando la realidad es que a pocos metros de nosotros tenemos seres especiales que quieren compartir mucho amor y tiempo con nosotros.

En tus metas, no te centres en tí mismo solamente, sé útil a los demás: Cuando ayudamos al prójimo le damos sentido a nuestra vida. Tenemos la tentación de confundir los propósitos de año nuevo como única y exclusivamente un momento de autorrealización, cuando la realidad es, que siempre debemos estar dispuestos a colaborar con el crecimiento del prójimo, amando a Dios en cada uno de ellos.

Mete el Evangelio en tu maleta de año nuevo: Procura cada día leer un pequeño versículo del Evangelio que guíe tu jornada. Haz una lectura reposada, dedícale 20 minutos al día. Un rato de buena lectura te ayudará a evitar un año infructífero.

Si queremos tener un corazón que entiende las dificultades del hermano, primero debemos formar un corazón capaz de escuchar. Medita la palabra de Dios que te habla al corazón.

No agobies tu mente con preocupaciones: Muchas veces planificando metas de año nuevo, nos encontramos constantemente tentados a preocuparnos en exceso por el futuro, lo que nos ocasiona ansiedad y fractura el momento de descanso que tenemos. Encuentra descanso diciendo como Pablo: «Sé de quién me he fiado» (2 Tm 1,12), y deja todo en las manos misericordiosas de Dios.

Demuestra que Dios es alegre: Como cristianos tenemos el deber y la obligación de mostrar la alegría del Evangelio. Necesitamos de gente optimista que lleve la palabra de Dios. Relativiza todo aquello que te amarga sin tener importancia, y céntrate en las cosas buenas que Dios colocó en tu vida durante estos años. Si vivimos la gratitud en las cosas pequeñas, tenemos la oportunidad de ser agradecidos en las grandes. Decir en todo momento: Muchas gracias, es un cambio importante para vivir con mayor alegría nuestra jornada.

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 1 de enero de 2023 No. 1434

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