Por P. Justo López Melús
ALIVIO DE CAMINANTES
Dos ranas cayeron en un cubo de nata en una lechería.
–No podemos salir, estamos perdidas, no hay solución — croó una de ellas, mientras intentaba salir en vano.
–Sigue nadando –dijo la otra–, habrá una manera de escapar.
–Es inútil –gritó la primera–, es demasiado espeso para nadar, demasiado blando para saltar. Mejor morir de una vez.
Así que dejó de nadar y se ahogó.
Su amiga siguió nadando sin rendirse. Al anochecer se encontró sobre un bloque de mantequilla que ella misma había batido con sus incansables movimientos. Y entonces sin esfuerzo saltó fuera.
En las mismas circunstancias unos se rinden y fracasan, otros resisten y triunfan. Unos dejan dormidos sus talentos y quedan raquíticos, otros los despiertan y se hacen héroes.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 5 de marzo de 2023 No. 1443