Farah Shaheen vivía en Faisalabad con su padre, su abuelo, tres hermanos y dos hermanas. Fue secuestrada en su casa, después de que tres hombres irrumpieron en la casa, agarraron a Farah y la sacaron a rastras. Luego de cinco meses su familia supo que Farah estaba en la casa de Amad, la niña tenía los tobillos heridos con marcas de cadenas.

El Tribunal tardó en decidir qué hacer, ya que el secuestrador afirmó que tenía 16 años, la edad mínima legal para contraer matrimonio en Pakistán. Aunque la familia presentó un certificado de nacimiento que certificaba que ella solo tenía 12 años, el juez ordenó una investigación médica. Farah tuvo que esperar otros dos meses para que un juez volviera a mirar el caso y concluyera que Farah tenía 12 años, como siempre habían afirmado sus padres, y como tal tendría que regresar a casa.

Hasta la fecha no se ha tomado ninguna medida por parte de las autoridades policiales o judiciales contra el hombre que secuestró y violó a Farah. Este es otro crimen impune en Pakistán.

La historia de Farah Shaheen muestra una cara oculta de la persecución contra las minorías religiosas especialmente contra los cristianos. Es solo un caso de los miles de secuestros y conversiones forzadas de niñas y mujeres jóvenes de minorías; este problema se agudiza día a día.

Ayuda a la Iglesia Necesitada lleva muchos años financiando proyectos en conjunto con la Comisión de Justicia y Paz en Pakistán, para poder gestionar legalmente el seguimiento de estos casos o llevar a cabo actividades de sensibilización sobre las violaciones de derechos humanos.

Ahora que se acerca el Día del Niño realmente no podemos quedarnos indiferentes ante esta realidad. Oremos por todos los niños y niñas, especialmente por aquellos que viven en persecución o en riesgo. Te invitamos a ofrecer una misa por los niños de tu familia y del mundo.

 

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