Por P. Fernando Pascual

Diversas voces nos invitan a la sobriedad, sobre todo cuanto vivimos en un mundo donde el exceso (en el comer, beber, y otras actividades asumidas de modo pasional) crea un sinfín de daños.

Promover la sobriedad no es algo nuevo. Basta con recordar el famoso dicho de los antiguos: “Nada en exceso”. O con traer a la mente una obra de un autor que vivió entre los siglos XVI y XVII: Leonardo Lesio.

Leonardo Lesio (1554-1623), en latín Leonardus Lessius, nació en Flandes. Fue un sacerdote jesuita que tuvo una intensa labor intelectual. Entre sus obras, una lleva por título Hygiasticon (1613), con un largo subtítulo en latín.

En español ha sido traducida de diversas maneras, por ejemplo así: La sobriedad y sus ventajas, o Verdadero medio de conservarse con salud perfecta hasta la más avanzada edad.

La obra de Lesio se colocaba en un modo de ver el cuerpo y la medicina que hoy resulta ampliamente superada, pero reconoce los aspectos positivos que se logran si uno busca la templanza en el comer y en el beber, lo cual tiene un valor para todas las épocas y culturas.

Sin entrar en los diversos contenidos de esta obra, se pueden señalar algunos que conservan mayor cercanía a nuestro tiempo, precisamente porque valen para todos los tiempos.

Ya en el capítulo 2 del Hygiasticon se destaca cuántos males siguen para la salud de la falta de medida en comportamientos relativos al comer y al beber, y cómo podrían evitarse con la sobriedad.

En el capítulo 3 se ofrecen varias reglas para encontrar la justa medida. Una de esas reglas indica que no resulta correcto pasar rápidamente de una vida desordenada a una vida sobria, por las reacciones que se puedan provocar en el cuerpo, sino poco a poco, de forma que sea más asequible alcanzar la meta.

Lesio ilustra más adelante los beneficios de la sobriedad para el cuerpo, para el espíritu, para los sentidos, para la memoria, para el control de las pasiones y, entre ellas, la concupiscencia (capítulos 5-11).

Al final de la obra el Autor destaca cómo la vida sobria no resulta desagradable, mientras que la falta de templanza y de medida genera grandes males.

La sobriedad, o la templanza, es una virtud que conserva una importancia clave para la vida de cada ser humano. Quizá en el mundo moderno tiene una mayor vigencia, por la enorme cantidad de atractivos que pueden ofuscar nuestros sentimientos y atarnos a pasiones desordenadas.

La obra de Lesio, que concuerda en buena parte con lo que nos enseña la Iglesia (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1809), nos invita a vivir la virtud de la sobriedad, que vale tanto para la conservación de la salud y la fuerza física como, sobre todo, para lograr un buen desarrollo de las dimensiones espirituales, con las que podemos orientarnos a la meta central de toda vida humana: amar a Dios y al prójimo.

(La obra de Lesio, en su traducción española, se puede encontrar online en Internet).

 

Imagen de Xuân Tuấn Anh Đặng en Pixabay


 

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