En el primer capítulo del Evangelio de San Lucas (Lc 1,26-57), el Arcángel Gabriel le anuncia a la Santísima Virgen María dos grandes acontecimientos: que ella iba a concebir al “Hijo del Altísimo” y que su anciana prima Isabel ya estaba en su sexto mes de embarazo. Aunque recién embarazada de Jesús, María viaja “sin demora” de Nazaret a Judea para ayudar a su parienta en los últimos meses antes del parto. Después de que nació el hijo de Isabel y Zacarías, Juan el Bautista, María regresó a Nazaret. La Iglesia celebra la Fiesta de la Visitación todos los años el 31 de mayo.

¿Qué fue exactamente lo que el Arcángel le dijo a María sobre Isabel?

San Gabriel le anunció: “Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios” (Lucas 1,36-37).

Después de que María se enteró de que su prima estaba embarazada, partió inmediatamente a visitarla. Durante muchos años, las mujeres se apoyaron en la ayuda de sus familias y comunidades para las necesidades de los embarazos y partos. Como mujer ya entrada en años, Santa Isabel necesitaría particular asistencia durante ese tiempo

Tiene, además, una connotación espiritual importante el tiempo que pasaron estas dos mujeres juntas: la madre del Salvador y la madre de Su precursor. Según el relato del Evangelio de San Lucas, ellas mismas comprendieron y apreciaron lo que eso significaba (Lc 1,41-56).

¿Quién es Isabel para María, la Madre de Jesús?

San Lucas nos indica que Isabel era pariente (syngenis) de María. Algunos escritores de los primeros siglos pensaban que eran primas, de madres hermanas, pero la Escritura no nos da ese detalle. Isabel, como su esposo, pertenecía a una familia sacerdotal (Lc 1,5). Eso indica que María también era “descendiente de Aarón”. Sea cual fuere el grado de parentesco, la cercanía en la relación se manifiesta en la familiaridad que muestran ambas mujeres entre sí.

¿Cuántos meses de embarazo tenia Isabel cuando María la visitó?

En palabras del ángel Gabriel, Isabel estaba de seis meses de embarazo.

¿Qué distancia viajó María para visitar a Isabel?

Isabel vivía en Judea con su esposo Zacarías, un sacerdote que servía regularmente en el Templo (Lc 1,5). Según la Tradición, ellos vivían en Ain Karem, cerca de Jerusalén. La Iglesia de la Visitación conmemora ese lugar hoy en día.

El viaje seguramente fue difícil. Los judíos evitaban atravesar Samaría, que era la ruta directa desde Nazaret. Por eso, es probable que María cruzara el Valle del Jordán, siguiera el río de Sur a Norte hasta el Mar Muerto y luego subiera a Jerusalén, una trepada de unos 950 metros y una distancia de unos 45 kilómetros. Actualmente, ese viaje es de unos 170 kilómetros.

Si bien se sabe que no podría haber hecho ese viaje sola sino acompañada de parientes y otros peregrinos de Nazaret, algunos autores sugieren que José seguramente la acompañaría para protegerla y cuidar de ella. Sin embargo, las Escrituras no mencionan nada de eso.

¿Qué fue lo primero que dijo Isabel al ver llegar a María?

En Lucas 1,42-45, leemos que Isabel exclamó:

“Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!”

El Catecismo de la Iglesia Católica, en su párrafo 495, afirma: “Llamada en los Evangelios ‘la Madre de Jesús’, María es aclamada bajo el impulso del Espíritu como ‘la madre de mi Señor’ desde antes del nacimiento de su hijo.” Si bien no sabemos cuál fue la palabra en arameo que usó Isabel en su saludo, San Lucas utiliza la palabra griega kurios, que es el término con que los rabinos traducían al griego el nombre para referirse a Dios, YHWH (Yo Soy). Así, Isabel no solamente identifica a Jesús como Dios sino a María como la Madre de Dios.

¿Qué sucedió cuando María saludó a Isabel?

“Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo” (Lc. 1,41). Esto se interpreta como la justificación de San Juan en el vientre de su madre. No sería extraño que el Precursor del Mesías recibiera un privilegio de gracia, en especial a la luz de la fe de la Iglesia en la concepción inmaculada de la Madre del Redentor.

¿Por qué permaneció María tres meses con Isabel?

María se quedó con Isabel para ayudarla en el último trimestre del embarazo y seguramente durante el parto. Al ser Isabel una mujer ya entrada en años, ese último tiempo y el parto habrán sido especialmente difíciles para ella (otro milagro).

 

“Imitemos su ejemplo de disponibilidad y generosidad para servir a los hermanos. En efecto, sólo acogiendo el amor de Dios y haciendo de nuestra existencia un servicio desinteresado y generoso al prójimo podremos elevar con alegría un cántico de alabanza al Señor.” – Papa Benedicto XVI

 

Publicado en EWTN


 

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