El Papa Francisco recibió la mañana del domingo 16 de julio, antes de presidir el rezo mariano del Ángelus, a un grupo de jóvenes peregrinos de la Arquidiócesis de Córdoba, Argentina, en camino a la JMJ de Lisboa. Un “mundial muy especial”, un encuentro amistoso donde salen de si mismos y se dan al otro, donde todos son victoriosos y “juntos pueden levantar la copa de la fraternidad”

Por Patricia Ynestroza – Vatican News

“Ustedes, como tantos otros miles de jóvenes que se dirigen a Portugal durante estos días, están haciendo vida el lema que nos convoca: como María, se levantaron —dejaron lo conocido: sus familias, sus comodidades— y parten sin demora al encuentro de los demás (cf. Lc 1,39). Algunos tal vez llevan el mate, otros la guitarra; pero lo que los identifica a todos es “la camiseta”: la camiseta de la fe y del amor a Dios y a los hermanos”.

Con estas palabras, Francisco recibió a los chicos argentinos, que van en camino a celebrar la JMJ en Lisboa. A ellos el Papa les dijo que se están preparando para jugar un mundial muy especial, es un “encuentro amistoso en el que no hay vencedores y vencidos, sino que todos ganamos”. Porque cuando salimos de nosotros mismos y nos encontramos con otros, cuando compartimos, les dijo, cuando damos lo que tenemos y estamos abiertos para recibir lo que nos ofrecen los demás, cuando no rechazamos a nadie; entonces somos todos victoriosos, y podemos levantar juntos “la copa de la fraternidad”. Tan necesaria en nuestros tiempos, les exclamó.

«¡Qué necesario es esto en nuestro tiempo!, eh, donde piensen que desde que terminó la segunda guerra mundial, en el 45, no cesaron las guerras en diversos lugares del país. (¿Planeta? ¿Tierra?)…. Parece que la vocación de la persona humana es pelearse, y buscar cómo pelearse, y seguir peleándose. Por favor…»

Seguir las huellas de los cristianos que siguieron a Cristo

El Papa, les dijo que en su estadía en Roma, antes de comenzar la JMJ, pueden ver las huellas de muchos cristianos que «siguieron a Cristo hasta el final, de muchos santos y santas que dieron su vida por Él en distintos momentos de la historia».

«Esto nos enseña que, en el equipo de Cristo, el partido se juega hasta el último minuto, no nos podemos distraer ni hacer goles en contra. Tenemos que estar atentos y jugar en equipo, siguiendo las indicaciones del director técnico, es decir, de las personas que nos acompañan y nos guían para ser cada día mejores amigos de Jesús. Y esto es seguir las indicaciones con madurez, dialogando… ¿no? Ustedes tienen un pensamiento personal, un pensamiento joven, un pensamiento propio, y que debe dialogar siempre con los que los convocan, con los asesores, con los que -no quería usar la palabra- “mandan” (entre comillas)… Pero el diálogo es lo que madura».

«Vivir intensamente este mundial»

Un deseo el de Francisco, a los jóvenes, a vivir intensamente este “mundial”, esta Jornada Mundial de la Juventud, que los va a enriquecer con una «gran diversidad de rostros, de culturas, de vivencias, de distintas expresiones y manifestaciones de nuestra fe». Pero, sobre todo, les dijo, podrán experimentar en profundidad el anhelo de Jesús:

«que seamos “uno” para que el mundo crea (cf. Jn 17,21), y esto los ayudará a dar testimonio de la alegría del Evangelio a tantos otros jóvenes que no encuentran el sentido de la vida o que han extraviado el camino para seguir adelante. Les deseo que jueguen un buen partido. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Y, por favor, les pido que recen por mí. ¡Nos vemos en Lisboa! Muchas gracias».

 


 

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