Las Jornadas Mundiales de la Juventud son un camino iniciado por San Juan Pablo II para responder al deseo de encuentro, paz y verdad de los jóvenes. Un camino de fe que sigue atravesando la historia.

Por Massimiliano Menichetti – Vatican News

«Siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza» es el tema de la primera JMJ. En la Plaza de San Pedro, el 23 de marzo de 1986, Domingo de Ramos, Juan Pablo II llevaba en el corazón la mirada de los jóvenes de todo el mundo: «Hoy estáis de nuevo aquí, queridos jóvenes amigos, para comenzar en Roma, en la Plaza de San Pedro, la tradición de la Jornada de la Juventud, a cuya celebración ha sido invitada toda la Iglesia. Os acojo de corazón y saludo a todos los que han venido aquí, no sólo de Roma y de Italia, sino también de más lejos». «La Jornada de la Juventud -explicó- significa precisamente esto: ir al encuentro de Dios, que ha entrado en la historia humana a través del misterio pascual de Jesucristo. Ha entrado en ella de modo irreversible. Y quiere encontraros primero a vosotros, jóvenes, y a cada uno le quiere decir: ‘Sígueme, yo soy el Camino, la Verdad y la Vida’.

 

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