Renova Más es una Red Global de Laicos Misioneros que tiene como propósito entregar herramientas para el crecimiento y la optimización de las parroquias. Andrés Castillo, fundador y presidente del proyecto con presencia en 10 países, conversó con El Observador sobre lo que comenzó como un pedido muy especial y ahora es una realidad que se abre con nuevos espacios.

Por Rubicela Muñiz

–Andrés, ¿cuándo inicia el camino de este proyecto?

El camino de este proyecto comienza cuando yo conozco a quien hoy es el Papa Francisco, pero en aquel entonces era el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio. Ahí comienza el camino para empezar y crear algo que sea de verdadera ayuda para la Iglesia católica de mi diócesis.

Y contándolo así, a asaltos granes, mientras él era arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de Argentina, trabajamos en un proyecto que miraba hacia Buenos Aires. Después él es nombrado Papa y yo, a muy pocos días de que sea nombrado, viajo para hablar con él.

Lo que él nos pide es que este proyecto deje de ser regional y pase a ser global, internacional. Y ahí es en donde empiezan a aparecer otros países. Y el último pedido muy fuerte que nos hace, es que podamos estar trabajando en Washington, en la arquidiócesis, y desde ahí ir mirando las realidades de otros continentes.

Desde el 2019 estamos trabajando este pedido que este año se hace realidad.

–¿Qué hace en sí la Red Global de Laicos Misioneros?

La red lo que hace es optimizar y ayudar con herramientas a las parroquias para que puedan crecer. En muchas oportunidades esta optimización significa transformar todo. En otras oportunidades significa crear cosas que no existen. En otras oportunidades significa darle mayor vuelo, o entender cómo alcanzar objetivos.

Como Iglesia católica tenemos infinidad de parroquias, que si uno es sacerdote y lo nombran párroco, no significa que estratégicamente sepas llevar una parroquia adelante. Entonces, nosotros vamos generando las herramientas y las estrategias para que logren los objetivos que se propongan y acompañarlos en lo que la Santa Sede les esté pidiendo.

–¿Y cómo hacen posible estas misiones, de qué parten?

La esencia nuestra, que también hemos aprendido desde el plano universitario y desde nuestros propios trabajos en la vida, es que partimos de la base de que todas las realidades son diferentes. Entonces, no podemos llegar a las parroquias con un tiempo estipulado o una acción de ante mano. Nosotros nos sentamos a ver la realidad y hay realidades que nosotros hemos podido optimizar en siete días. Pero, por ejemplo, hay realidades que desde hace dos años venimos trabajando y el proceso sigue en marcha.

Nosotros nos damos a tarea de conocer qué es lo que ha hecho la parroquia, qué es lo que está haciendo y qué es lo que quiere hacer. Entonces, con todo ese bagaje de información es mucho más fácil saber cómo vamos a trabajar.

No es solo formación, claramente parte de un espacio de formación, pero es mucho más que eso. Es armado de equipos, enseñar a planificar objetivos, el acompañamiento para que esos objetivos se llevan adelante. Muchas cosas que parten desde la estrategia.

–¿El Papa Francisco está pendiente de lo que hacen?

Nosotros, como todos los años, vamos a hablar con su santidad Francisco de forma privada. Él nos da indicaciones y nosotros le mostramos cómo estamos. Y estar cerca de la figura de Francisco ha abierto un montón de puertas en un montón de lugares. Y aun así la expectativa que yo tenía en un inicio no está cerca de lo que está sucediendo. Hoy nosotros somos muchos misioneros alrededor del mundo y, sin embargo, hay muchas puertas en las que todavía no hemos podido dar respuesta por la cantidad de la demanda.

–Y ahora ya tienen la oficina en Washington, ¿cómo lo lograron?

Esta es la tercer oficina que abrimos. Antes funcionábamos solamente en Argentina, pero logísticamente todo queda lejos. Entonces, al tener una oficina en Estados Unidos, habrá más trabajo con Centroamérica, estamos más cerca de Europa y podemos atender los pedidos de África. Esta oficina nos da una amplitud logística muy buena para poder seguir respondiendo.

Pero en medio de todo esto está el pedido de su santidad Francisco, que nos dice: “quiero que trabajen y que den una mano a la comunidad hispana en Estados Unidos”. Entonces, estamos tratando de aprender y conocer la cultura, que es una multicultura, para poder ser de verdad ayuda.

El plan de acción está dividido en tres etapas. La primera es la de consolidación, en donde queremos ser de ayuda en la arquidiócesis de Washington. En una etapa número dos poder extendernos a todo Estados Unidos. Y una tercera etapa en donde Estados Unidos pueda dirigirse a Centroamérica y Latinoamérica.

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 10 de septiembre de 2023 No. 1470

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