Mary Carmen Barría es una joven panameña, de 28 años de edad, desde muy pequeña siempre se sintió atraída por cantar. A los 6 años de edad ella había descubierto el don de la música, cuando su papá le pidió escribiera una canción de Youtube, su infancia y el apoyo de sus padres fueron un aliciente para que ese talento se conservara y siguiera vivo hasta el día de hoy, ella los nombra como los mejores aliados de Dios y así poder descubrir el don de la música. Alrededor de los siete años su mamá la inspiró para que cantara los salmos en las misas dominicales de su parroquia, y así con el servicio a Dios desde su niñez fue descubriendo poco a poco la conciencia de entregarse con la música y su voz a la evangelización. En está ocasión platicó con El Observador de la Actualidad sobre su ministerio vocacional.
¿Cuál fue el momento detonante para decidir cantarle a Dios?
“A los diecisiete años encontré todo este boom de los evangelizadores y muchos cantautores que han dedicado su vida total a la música, pero específicamente a la entrega de la música de Dios, y eso me impacto mucho, para entonces yo decidí que el don que se me ha dado estuviera el servicio de Dios”.
¿Cómo has vivido la experiencia evangelizadora a través de la música?
“Ha sido muy enriquecedora, es una experiencia muy fuerte, porque desde pequeña hubo muchas influencias en la televisión que me inspiraron a cantar y hacer una artista, pero también a estudiar música pensando en grandes escenarios, y sin querer Dios te ayuda a soñar todo eso para luego cambiar ese sueño y saber que podemos ir por todo el mundo y predica el Evangelio, es decir, canta pero para que Dios a través de este talento pueda dar un mensaje y que podamos ser instrumentos de Él. Eso me cautivó mucho, me siento muy agradecida y honrada con Dios por este privilegio tan inmerecido, porque con mi voz puedo llevar esperanza, alegría, consuelo, sanación, pero sin olvidar que quien hace la obra es Cristo y uno esta para que él sea Dios en uno”.
¿Cuál es reto que enfrentan los músicos latinos para evangelizar a través de su ministerio?
“Pienso que uno de los retos más grandes es creer en el don que Dios te ha dado y creer que Dios pone un propósito en ti a través de la música, pero que es muy grande ese propósito, tan grande que no lo podemos imaginar, y a veces nos sentimos pequeños, sentimos que no vale la pena trabajar por esto o entregar todo, todo porque es muy riesgoso; personalmente yo enfrenté muchos miedos de poder ser consciente de este llamado, en un mundo tan retador que nos invita a otras cosas tan contrarias, entonces tenemos que trabajar esa seguridad, si Dios te da un don es porque elegido para algo muy grande”.
¿Cómo es que la música puede acercar a los jóvenes de hoy con Dios y su mensaje?
“La música tiene un poder impresionante, a veces yo creo que es un poder mucho más allá de una predica, porque en tres minutos la música te puede llevar a sanar tus necesidades espirituales, a conectarte con ese mensaje que nos esta esperando, si podemos entonces llevar eso a los ritmos actuales, a lo que los jóvenes escuchan hoy, podemos entonces evangelizarlos, podemos tocar su corazón y podemos interceder para que el Señor haga su obra en ellos”.
¿Qué es lo que más disfrutas de este don y cómo te inspiras para hacerlo?
“ La verdad es que el Señor me ha llevado de misión y eso me ha permitido conocer muchas realidades, eso lo disfruto mucho. El hecho que Dios me saque de mi zona de confort, dormirse y no saber dónde vamos a despertar. Es un trabajo muy bonito, pero también es un trabajo de confianza, confiarse a Dios por completo, porque el ve nuestras necesites y provee, entonces me inspiro en las realidades de lo cotidiano, en lo que me permite vivir a diario, como un milagro todos los días”.
Por: Mary Velázquez Dorantes