Oración por un ser querido fallecido

“Padre santo, Dios eterno y Todopoderoso, te pedimos por (el nombre del difunto), que llamaste de este mundo.

Dale la felicidad, la luz y la paz. Que él, habiendo pasado por la muerte, participe con los santos de la luz eterna, como le prometiste a Abraham y a su descendencia.

Que su alma no sufra más, y te dignes a resucitarlo con los santos el día de la resurrección y la recompensa.

Perdónale sus pecados, para que alcance junto a ti la vida inmortal en el reino eterno.

Por Jesucristo, Tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo. Amén.”

Oración por un difunto

¡Oh Dios! Nuestro creador y redentor, con tu poder Cristo conquistó la muerte y volvió a ti glorioso. Que todos tus hijos que nos han precedido en la fe (especialmente N…) participen de su victoria y disfruten para siempre de la visión de tu gloria donde Cristo vive y reina contigo y el Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Dales, Señor, el descanso eterno. Brille para ellos la luz perpetua. Descansen en paz. Amén.

María, Madre de Dios, y Madre de misericordia, ruega por nosotros y por todos los que han muerto en el regazo del Señor. Amén.”

Oración de San Agustín

“No lloréis si me amabais. ¡Si conocierais el don de Dios y lo que es el Cielo! ¡Si pudiérais oír el cántico de los Ángeles y verme en medio de ellos! ¡Si pudiérais ver con vuestros ojos los horizontes, los campos eternos y los nuevos senderos que atravieso! ¡Si por un instante pudiérais contemplar como yo la belleza ante la cual todas las bellezas palidecen!

Creedme: Cuando la muerte venga a romper vuestras ligaduras como ha roto las que a mí me encadenaban y, cuando un día que Dios ha fijado y conoce, vuestra alma venga a este Cielo en el que os ha precedido la mía, ese día volveréis a ver a aquel que os amaba y que siempre os ama, y encontraréis su corazón con todas sus ternuras purificadas.

Volveréis a verme, pero transfigurado y feliz, no ya esperando la muerte, sino avanzando con vosotros por los senderos nuevos de la Luz y de la Vida, bebiendo con embriaguez a los pies de Dios un néctar del cual nadie se saciará jamás. Amén.”

Oraciones publicadas en Hozana

Imagen de Nicolás Núñez LC en Cathopic


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