Por Mary Velázquez Dorantes
¿Debe el cristiano católico pensar en el día final? ¿Cuál es la forma de comprender la muerte, el juicio, el infierno y la gloria? ¿Qué es eso llamado el último período de vida? Estamos hablando de las postrimerías, las que nos hablan de los últimos tiempos.
Pero, ¿cómo podemos comprender las razones de morir y las razones de vivir correctamente? En esta edición te hablaremos de estos dogmas que aparecen en el Nuevo Testamento y que han sido teológicamente una parte importante de nuestra Iglesia.
Es importante señalar que las postrimerías se refieren a las cosas últimas del destino del ser humano. Quizá de forma cotidiana hemos escuchado hablar de estas, algunas veces han sido causa de debate y en otras ocasiones ignoramos por completo qué dice nuestra Iglesia de ellas. Aquellos hechos que nos sucederán al final de nuestra vida y en el despido de nuestra existencia son llamados novísimos, es un misterio de las cosas que nos sucederán al cierre de nuestra vida. Los novísimos son la muerte, el juicio, el cielo o el infierno. El hombre generalmente se ha cuestionado qué existe después de la muerte, cómo es eso llamado cielo, quiénes son los que van al cielo y si es que existe el infierno. Algunas de estas situaciones nos esperan al final de nuestra vida, por lo tanto, no debemos rehuir saber sobre ellos. Al no conocer el día ni la hora de nuestro llamado, todo católico debe estar preparado.
1.- LA MUERTE
La muerte es compleja, dura y dolorosa, pero sabemos que no es el final de nada. San Francisco de Asís dijo: nadie puede escapar de ella. La Iglesia nos enseña que la muerte pone fin a la vida del hombre, esta no entiende de inteligencia, ni de fuerza. Sin embargo, no hemos sido creados para la muerte, esta ha sido consecuente del pecado del hombre. La muerte nos invita a la preparación a la eternidad y es un llamado a no cometer faltas que puedan ofender a Dios. Sin embargo, podemos tener una muerte ejemplar, aquella que se deleita de no haber cometido faltas o pecados, sino que trabaja para la salvación.
2.- EL JUICIO
La realidad de este mundo es cegadora, en algunas ocasiones nos abruma por su existencia y en otras nos afanamos a ella. Pero el juicio o examen final se nos presentará de una forma clara, dado que seremos juzgados por todas nuestras acciones, palabras y pensamientos, incluyendo aquellos que fueron acto de omisión. Cada alma tendrá un destino diferente, dependiendo de la forma en como hayamos vivido en la tierra. Tendremos un juicio personal, donde Dios nos interrogará sobre el amor que dimos a los demás. Mientras que también vendrá el juicio final, cuando Jesús regrese a la tierra, y seremos juzgados conforme a nuestra fe y obras. En el juicio se revelarán todas y cada una de las acciones que hemos tenido para con el hermano, observaremos las consecuencias de nuestros actos y comprenderemos el porqué es importante ocuparse y preocuparse del Juicio de Dios.
3.- LA GLORIA
¿Cuántas veces hemos de haber mencionado el paraíso, la gloria eterna y la felicidad perpetua? ¿Cuántas veces se anhelará el esplendor del cielo al lado del Eterno? La alegría de la gloria es el espacio de intimidad con el Creador. Gozarán de ella quienes estén en gracia, aquellos que hayan buscado la santidad, puesto que la gloria es el cielo, la llamada inefable casa. Santa Catalina de Siena narraba que sentía una impaciencia por la muerte, puesto que esta le llevaría a tocar la gloria del cielo; mientras que Santa Teresa de Jesús clamaba “¡Ya es hora Señor, ya es hora de que nos veamos para siempre en el cielo!” Este es el llamado perfecto, el lugar santo a donde todos deberíamos ir.
4.- EL INFIERNO
Un fuego que arde, un rechinar de dientes permanente. Almas en pecado mortal que entraron allí para no salir. El lugar de los malvados que a diferencia de los justos fueron consignados a este sitio, el llamado suplicio eterno; quienes luego del juicio llegaron a un sitio sin esperanza y perdón. Fueron privados del amor de Dios y la habitación que había preparado. Santa Teresa de Ávila, señala en sus memorias que el infierno es el sitio donde el sufrimiento corporal es insoportable, las almas son atormentadas por un fuego interno y su desesperación son un tormento agonizante.
Las postrimerías están relacionadas también con el fin del mundo y el juicio final. Algunos evitan pensar que Dios nos juzgará, que los justos habrán de trabajar para ser recompensados con la vida eterna en el cielo, y que aquellos que desobedecieron serán castigados en el infierno. La tarea del católico es prepararse, entender que en la última etapa estamos llamado siempre a Dios, pero que en los últimos momentos, en el final, habrá un juicio para cada humano.
Si deseas saber más del tema puedes consultar los siguientes libros:
- Cielo e Infierno. Verdades de Dios de María Vallejo-Nágera.
- La aventura de la vida eterna de José Orlandis.
- Tiempo de morir de Nicolás Diat.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 26 de noviembre de 2023 No. 1481