Por Mary Velázquez
Los hermanos son una fuente importante de seguridad en el desarrollo humano. Según afirman los especialistas, ocupan un espacio importante y necesario en el futuro de la familia. Tener hermanos permitirá forjar mayor identidad, fortalecer el compañerismo y aprender de las relaciones humanas con mayor confianza. La familia se muestra más unidad cuando los hermanos comprenden que uno para otro son una fuente de retroalimentación y apoyo, no sólo para causas difíciles, sino también para la aventura y la diversión.
Investigaciones recientes, con familias con más de dos hijos, han demostrado que los hermanos son clave para enfrentar los retos del mañana, son las primeras personas a las que se les pide un consejo o se les invita a ser parte de una decisión. La crianza es un proceso que ayuda entender la personalidad de un hermano o de otro. Gracias a los tiempos de convivencia los hermanos reconocen fácilmente los errores, los miedos y las dudas que pueden estar experimentado; se vuelven brújulas en el camino del otro y se ayudan para resolver retos o desafíos de forma constante.
Un hermano conoce la historia de otro hermano, por lo tanto, es un factor de seguridad para seguir adelante en la vida. No sólo en la infancia sino en la vida adulta los hermanos pueden generar vínculos extremadamente fuertes. Habrá alguna edad donde exista un poco de rivalidad o competencia, pero si los padres saben fortalecer las relaciones, estos sabrán trascender cualquier tipo de circunstancia que venga.
Desde la psicología educativa se ha descubierto que cuando los hermanos comparten tareas, espacios sociales, experiencias educativas, se vuelve más conscientes y comprometidos con la realidad. Desde este ámbito de estudio también se ha comprobado que los hermanos que se apoyan mutuamente tienen más posibilidades de ser adultos sanos y con menor índice de conflictos emocionales. El hecho que los hermanos intercambien opiniones sobre situaciones familiares, escolares o de posturas entre los amigos puede ayudar a desarrollar menos hostilidad con los contextos sociales de los nuevos tiempos.
Es por ello, que los padres tienen una tarea importante: no permitir que los hermanos dejen de hablarse o guarden rencor por rencillas sucedidas. El diálogo entre hermanos ayudará a que el adulto de mañana sepa ser mediador con otros seres humanos. Además, la figura del hermano mayor cumple un rol indispensable, porque en la mayoría de los casos es el súper héroe de los otros hermanos, porque son parte de la prolongación de la figura materna y paterna. No es que se deba depositar ese rol, pero sí se volverán una pieza necesaria para cuando los padres no estén.
Los hermanos pequeños también ocuparan un escenario importante, porque ellos son las figuras que vigilan a los demás, generalmente son más directos, y saben enfrentar más riesgos. Seguramente se volverán cuidadores más comprensivos, pero al mismo tiempo más aventureros. La ciencia de la familia dice que hermanos de sangre, o por adopción, tienen las mismas posibilidades de volverse la pieza clave de una familia. No sólo son motivo de ejemplo sino también de lazos con mayores aventuras, risas y experiencias que mantengan una familia unida.
¿Cuántos hermanos tienes?
Ahora que conoces el papel de éstos, ve y busca a tu hermano, revive tu infancia y recuérdale cuán importante es uno en la vida del otro.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 24 de diciembre de 2023 No. 1485