Por Rebeca Reynaud

El Triduo Pascual lo forman la Misa de la Cena del Señor, los Oficios del Viernes Santo y la Vigilia Pascual.

Jueves Santo

El Jueves Santo se conmemora la Última Cena Pascual del Señor con los Apóstoles. Les dijo: “Ardientemente he deseado comer este cordero, celebrar esta Pascua con vosotros antes de mi Pasión”. (Lucas 22, 15). Aquella noche Jesucristo instituyó la Eucaristía. (I. Corintios 11, 23-25). El Señor instituyó además el Sacramento del sacerdocio y confirió a los apóstoles y a sus sucesores el poder de perdonar los pecados. También indicó el mandamiento fundamental de amar en esta Cena (I Juan 4,20-21 y Juan 25,12). Esta noche lava los pies a sus discípulos. Entre los hebreos, sólo los hijos lavaban los pies a sus padres, o los siervos a sus señores.

Los Oficios nacieron en Jerusalén, desde los primeros siglos y de ahí se  extendieron a los demás países. Desde muy antiguo, el Romano Pontífice sigue el rito del lavado de pies durante la Misa in Cena Domini. Al principio, los Papas hacían este servicio a doce pobres. Actualmente las leyes litúrgicas no indican un número determinado de personas para el lavatorio de los pies.

En el Monumento se realiza la reserva de las Sagradas Formas para la Comunión de los Oficios del Viernes Santo; se adora solemnemente la Eucaristía y se representa la Sepultura del Señor.

Terminada la ceremonia, privadamente, se procede a la denudación del altar, que indica la momentánea suspensión del Santo Sacrificio y el expolio –el despojo- de Jesús cuyos verdugos se repartieron sus vestidos. Esta desnudez del altar nos habla del desprendimiento.

Viernes Santo

Día de dolor, desagravio, expiación, y también de agradecimiento.

Nuestro Señor fue llevado a la presencia del Procurador Romano con el fin de obtener la sentencia de muerte. Luego viene la flagelación y la coronación de espinas. No podemos imaginar la intensidad de esos sufrimientos de Cristo. Su capacidad de sufrir es mayor que la de cualquier criatura, por ser perfecto hombre. Quería padecer, quería librarnos de mi pecado “Sufrió voluntariamente de modo proporcionado a la grandeza del fruto que iba a conseguirnos” (Cfr. Suma Teológica III, q. 46 a 6 c.).

Contemplar la Pasión

Según una antiquísima tradición, la Iglesia no celebra la Santa Misa ni en este día ni en el siguiente como expresión de dolor y luto. El Viernes Santo conmemora la Pasión del Señor y por eso los Oficios o la ceremonia tienen lugar por la tarde. Consta de tres partes: Liturgia de la Palabra, Adoración de la Cruz, y Comunión.

  1. Liturgia de la Palabra

Los oficiantes se postran y oran humildemente con el rostro en tierra, en recuerdo de la oración del Señor en Getsemaní. Se lee un pasaje del Libro de Isaías (No hay en el parecer…Isaías LIII, 3ss) y luego se lee la Pasión según San Juan que fue el único Apóstol que estuvo con la Virgen al pie de la Cruz.

  1. Adoración de la Santa Cruz

Este rito comenzó en Jerusalén inmediatamente después que Santa Elena encontrara la Cruz. Gracias a la narración de la peregrina Eteria, sabemos que los cristianos de Tierra Santa se reunían a las siete de la mañana del Viernes Santo, en la Iglesia de la Santa Cruz y todo el pueblo pasaba para “venerar la reliquia, besándola y apoyando en ella la frente y los ojos”. Actualmente la Cruz de Madera, se cubre con un velo morado. Al descubrirse la imagen del Crucificado, se manifiesta su triunfo glorioso. El celebrante descubre la Cruz tres veces. Es una especie de reparación que hacemos al Señor.

  1. Sagrada Comunión

Después de la adoración de la Cruz se coloca un mantel que simboliza la Sabana que José de Arimatea y Nicodemo llevaron para envolver el Cuerpo de Cristo. Se distribuye la Santa Comunión y se vuelve a quitar el mantel. Cuenta una tradición que mientras el cuerpo de Cristo reposaba en el sepulcro, la Virgen recorrió las estaciones de la Vía Dolorosa, deteniéndose en cada una para recordar los sucesos allí ocurridos y rezar por sus hijos, los cristianos de todos los tiempos. Después, mientras vivió en Jerusalén, repitió esta práctica, y de Ella aprendieron los primeros fieles.

Sábado Santo

La Iglesia siente la necesidad de adelantar la conmemoración de la Resurrección del Señor y celebra la Vigilia Pascual en la noche del Sábado Santo (Lucas 23,50-52 y Juan 19,38-42).

VIGILIA PASCUAL EN LA NOCHE SANTA. Antes de salir de Egipto, cada familia inmoló un cordero pascual, sin mancha, de un año (Cfr. Exodo 12,14). Eran figuras de lo que se había de realizar en Cristo. La Sangre del Verbo nos libera del demonio y su Cuerpo es Alimento que da fuerza para llegar a la Tierra Prometida. Además, el Señor ha pasado el Mar Rojo a través de su Pasión y su Muerte, ha conducido al pueblo de Dios desde la opresión del pecado, hasta la libertad de la gracia.

La Ceremonia se desarrolla en este orden: 1ª parte: Breve Lucernario. 2ª parte: Liturgia de la palabra. 3ª parte: Liturgia bautismal. 4ª parte: Liturgia de la Eucaristía.

Solemne inicio de la Vigilia Pascual o Lucernario. Comienza con la bendición del Fuego y la preparación del Cirio Pascual. Sigue después la procesión con el Cirio; y se concluye  en  el Presbiterio, con el anuncio del  Pregón  Pascual.  En la Bendición del fuego todo está apagado (indica cuál es la situación del  mundo  antes de la Redención, es decir, de tinieblas). El nuevo fuego significa la Resurrección y la Redención de Jesucristo. El cirio es de cera de abejas. La cera, producida de las partes más puras de las flores simboliza la Humanidad Santísima de Jesús. El celebrante, sirviéndose de una estelita, traza una cruz en el cirio mientras dice: “Cristo ayer y hoy, principio y fin”, después graba en la parte superior la letra alfa y en la inferior, omega. Entre los brazos de la Cruz escribe el año en curso, diciendo: “Suyo es el tiempo y la eternidad. A Él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén”. Enciende el Cirio con el Fuego Nuevo. El cirio representa a Cristo Resucitado, visto como la columna de fuego que guió a los Israelitas por el desierto.

PROCESIÓN CON EL CIRIO PASCUAL. El celebrante toma el cirio y encabeza la procesión. A la entrada de la Iglesia canta: “Luz de Cristo” y todos responden “Demos gracias a Dios”. Así tres veces, y se encienden las luces. Después de contestar la primera vez, los fieles encienden sus velas, transmitiendo la llama del Cirio Pascual (propagación de la salud a partir del Resucitado).

PREGÓN PASCUAL. Describe el júbilo que provoca la Resurrección.

Liturgia de la Palabra. Se canta el Gloria in excelsis Deo mientras se tocan las campanas de la Iglesia. Es la primera manifestación de alegría de los instrumentos musicales. También se dice el Alleluya que estaba “sepultado” desde el inicio de la Cuaresma.

Liturgia bautismal. Se canta la letanía de los Santos. Letania (del griego) significa ruego, suplica.

Se bendice el agua bautismal y se administran los bautismos (sí los hay). Se renuevan los compromisos bautismales, si no hay bautismo de todos modos se bendice el agua, para reponerla en las pilas de la Iglesia, pues el agua bendita se habrá retirado desde el Jueves Santo.

Liturgia eucarística. Después de la Liturgia Bautismal se sigue con la celebración de la Santa Misa a partir del ofertorio. La Pasión y Muerte de Cristo Terminan en el triunfo de su Resurrección. Por eso la Pascua es la fiesta más grande de la Iglesia.

 
Imagen de Germán R en Pixabay


 

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