El Papa Benedicto XVI redactó tres cartas encíclicas desde su elección, el 19 de abril de 2005, hasta su renuncia, el 28 de febrero de 2013. Una encíclica papal es una carta enviada por el Papa y dirigida a los obispos del mundo. Se utiliza para reflexionar sobre cuestiones importantes, algunas para abrir un debate teológico y también para formar parte del razonamiento de la doctrina católica.

DEUS CARITAS EST

La primera encíclica del Papa emirato se titulo Dios es Amor, cuyo eje central es el amor cristiano. Fue promulgada el miércoles 25 de diciembre de 2005 en ocho idiomas. Es un texto que nos invita a comprender los conceptos del eros (amor humano), el ágape (amor incondicional) y logos (la palabra), y su relación con las enseñanzas de Jesucristo. Este documento emitido el día de Navidad tiene dos partes importantes: La unidad del amor en la creación y la historia de la Salvación; en un segundo apartado, el ejercicio del amor por parte de la Iglesia como una comunidad de amor, donde claramente nos explican la caridad de la Iglesia, la justicia, el servicio caritativo en un mundo modero y los responsables de esta acción.

Un eje central de esta carta señala que la fe cristiana pone el amor en el centro, dándole una nueva profundidad y amplitud. Benedicto redacta un texto donde desea hablar del amor de Dios que colma al hombre, esa forma misteriosa y gratuita que Dios ofrece al hombre para estar con él. Narra el amor apasionado de Dios por su pueblo y cómo el cristiano debe perfilarse al misterio de la Cruz, donde se reconcilia la justicia y el amor.

SPE SALVI

La segunda encíclica de Benedicto XVI se titula Salvados por la Esperanza y fue firmada el 30 de noviembre de 2007. El lema central es la esperanza que se apoya en la Epístola a los romanos de San Pablo. Frente a un mundo convulso, donde el Papa observada los conflictos bélicos, el desorden moral, la crisis medioambiental, el terrorismo, el pesimismo y la corrupción, decide presentarnos un horizonte de esperanza frente a los males del tiempo. Señala que el cristiano debe estar animado por la esperanza, que ha de ser para los otros y solidarizarse con todos.

Es también una encíclica que afirma que Jesús no trajo al mundo un mensaje socio-revolucionario, sino un mensaje mayor: el encuentro con el Dios vivo, con una esperanza más fuerte que los sufrimientos de la esclavitud. En esta misma carta nos vamos encontramos con un himno a María como modelo ejemplar de la esperanza. Podremos observar cómo la esperanza cristina nos aleja del miedo, la fe es esperanza y quien se ha apoyado en ella sabe que su futuro no es incierto, que no acaba en el vacío. Es un texto que abre camino al horizonte y en donde la esperanza es el motor que impulsa a este hombre que se plantea preguntas, deseoso de encontrar respuestas y soluciones.

CARITAS IN VERITATE

La tercera carta de Benedicto XVI se titula La caridad en la verdad y fue publicada en la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. Es una carta que profundiza los aspectos del desarrollo integral de nuestra época y coloca la luz de la caridad en la verdad. Aborda con realismo los problemas creados por la crisis financiera, la ineficiencia burocrática y la falta de ética en las sociedades opulentas. Durante sus 127 páginas nos describe las emergencias sociales y el papel de la solidaridad para que todos seamos responsables de todos.

Se trata de un análisis ético sobre el desarrollo humano integral de los pueblos en la caridad y la verdad. Nos enseña cómo el cristianismo es la religión de la verdad y el amor: Cristo es una verdad encarnada, muerta y resucitada por amor. Se trata de una encíclica social que va mucho más allá de la crisis y las dificultades del momento presente. Es una invitación a pensar en las posturas del mundo, que conecta la crisis del medio ambiente con la destrucción masiva de los embriones humanos. En este texto se cuenta un mensaje significativo: la verdad y el amor son igualmente necesarios y complementarios. La sociedad tiene esa necesidad de verdad y amor.

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 14 de abril de 2024 No. 1501

Por favor, síguenos y comparte: