Redacción

En medio de la cultura de la perfección y la plenitud eterna, un estudio de diferentes universidades en Estados Unidos revela que las familias imperfectas son las más felices. ¿Qué significa esto? Se demostró con 55 modelos de familias que aquellas que aceptan a sus miembros y respetan sus diferencias en cuanto a modos de opinión e incluso usos de espacios en el hogar, logran enfrentar desafíos de forma más unida. Otro de los resultados que arrojó el estudio es que aquellas familias obsesionadas con el orden y limpieza de los espacios sufren mayores episodios de distanciamiento emocional entre sus miembros. El término imperfecto no fue utilizado para clasificar o catalogar un estereotipo emocional o físico de las familias, sino que, por el contrario, tomaron en cuenta variables como brecha generacional entre hermanos, humor de los padres y abuelos, realidades económicas, impaciencia y enfados. Los resultaron demostraron que el 33% de las familias que viven con mayor armonía son aquellas que trabajan en conjunto para el sostén económico de la familia, se ríen de sus problemas al momento de comer o cenar, y que los días difíciles no son una carga sino un aprendizaje.

LA FANTASÍA Y EL SINDROME DE DISNEY

Los hijos obedientes, brillantes y hermosos fueron variables que el estudio reveló como expectativas y fantasías negativas para un ambiente familiar feliz. Le nombraron el síndrome de Disney donde la casa es un castillo perfecto y con una vida idílica. Sin embargo, las familias que se destacaron en estas categorías vivieron conflictos graves entre sus miembros, los hijos evidenciaron no sentirse plenos y el futuro les parecía un momento complejo de enfrentar. Contrario a esta realidad las familias donde el desorden de los juguetes de los niños estaba presente, los horarios flexibles para convivir y las formas de dialogo para resolver los problemas fueron las familias catalogadas como imperfectas, pero con una personalidad familiar para enfrentar la adversidad.

LA PERFECCIÓN PRODUCE INFELICIDAD

Familia ideal, familia modelo y familia exitosa fueron otras de las categorías que medían dentro de las estructuras familiares. Quienes se asumían dentro de estos roles expresaban directrices de crianza rígidos, educación severa y exigencias desmedidas, lo que producía mayores grados de infelicidad entre sus miembros. En cambio, quienes no buscaban controlar el estado de ánimo entre sus miembros o querellas, y que utilizaban el sentido del humor para señalar errores o descuidos, mostraron altos indicadores de felicidad. Las familias con mayor rigidez en el comportamiento no aceptaron los errores y tampoco pidieron disculpas en las situaciones de caos, sin embargo, las familias que con humor resolvían sus problemas y discusiones enfrentaron mayor índice de paz y concordia entre sus miembros.

CUATRO ELEMENTOS CLAVE

En el estudio las familias llamadas imperfectas coincidieron con cuatro elementos clave para la felicidad de su hogar: tiempo juntos pese a las circunstancias de vida; pedir perdón en cualquier situación de adversidad que los confronte; sentido común para resolver sus dinámicas familiares en el día a día y paciencia para los momentos de frustración y culpa entre los miembros de la familia. También se reveló que los logros de los hijos se consiguen cuando padres y abuelos trabajan en equipo, mientras que las familias de la categoría perfecta el logro de los hijos no era motivo de festejo sino de estatus familiar.

TIPS PARA SER UNA FAMILA IMPERFECTA Y FELIZ

  • Aceptar que son personal reales y no personajes de fantasía
  • Saber escuchar y validar emocionalmente a cada uno de los miembros
  • Utilizar un enfoque democrático para las tareas del hogar
  • Negociar los acuerdos y las discrepancias.
  • Estableces tradiciones y rituales en el núcleo familiar que sean gratificantes.
  • Autoexigencias y sabotajes individuales para alcanzar objetivos familiares quedan fuera.

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 2 de junio de 2024 No. 1508

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