Por Mauricio Sanders
La Cristiada, también conocida como la Guerra Cristera, fue una guerra civil con visos de guerra santa. Fue un episodio de la historia mexicana tan traumático que el inconsciente colectivo lo enterró muy abajo del subsuelo. De ahí lo rescató Jean Meyer, un francés de ojos azules y complexión menuda que vino a sacarnos los trapitos al sol, con tanto amor por esta tierra que acabó por hacerse uno de nosotros.
UN FRANCÉS YA MEXICANO
Quizá no sabríamos nada acerca de la Cristiada si Jean Meyer (1942) no hubiera venido a México desde Francia. Historiador hecho en México, Meyer no se conformó con hacer carrera oficial como mexicanista mexicanizado. Casi por accidente, se quedó aquí para desbaratar prejuicios acerca de la relación entre religión y sociedad.
Jean Meyer sirvió como instrumento de la verdad con su libro La Cristiada, obra en tres volúmenes que cuenta la historia de la guerra civil que, durante cuatro décadas, estuvo sepultada en los sótanos y covachas del ejército, el gobierno y la Iglesia. Meyer abrió la puerta para estudiar los acontecimientos de esa guerra y, de esa manera, comenzar a sanar heridas de la nación causadas por el divorcio entre las leyes sagradas y las leyes civiles.
LA MEMORIA DE LOS MÍNIMOS
La Cristiada, que ayuda a esclarecer la índole de la lucha entre cristianismo y Estado moderno, es un libro que deja hablar a la gente. Ante la imposibilidad de consultar archivos oficiales, pues las grandes instituciones nacionales hubieran preferido sepultar la cuestión en el olvido, para documentarse Meyer recurrió a la memoria de los mínimos.
Para escribir su historia, Meyer repartió seiscientos cuestionarios entre arrendatarios, rancheros, peones y vaqueros del Bajío y Michoacán y escuchó la voz de los veteranos de una guerra en la que murieron noventa mil combatientes, a quienes los poderosos de la tierra querían hacer callar. Ya con sólo disponerse a escuchar a los vencidos y traicionados, Meyer hizo una obra de caridad que consoló a muchos tristes.
DESBARATANDO LAS MENTIRAS OFICIALES
Amparado bajo el vigor de la evidencia, La Cristiada es un libro que desbarata las mentiras de las versiones oficiales del gobierno mexicano y sus satélites universitarios, que presentaban a esa guerra intestina como un complot fraguado por los latifundistas millonarios que, para impedir la reforma agraria, se sirvieron de los campesinos católicos, como si estos fueran estúpidas marionetas.
En su libro, Meyer arremete contra otras mentiras generalizadas sobre la superficie del globo terráqueo. Por ejemplo, que la religión es un cretinismo psicológico contra el cual nos puede vacunar la educación científica y que será erradicado con los progresos del capitalismo industrial y el ascenso del Estado moderno.
NI UN PASO ADELANTE MÁS
A partir de las narraciones y relatos que Meyer escuchó y registró, en La Cristiada surge el retrato de una nación mexicana construida por comunidades de campesinos creyentes que, para las élites urbanas ilustradas, no eran sino seres pasivos y atrasados. Sin embargo, en las expresiones de piedad de estos seres, ridículas a los ojos de urbanitas y gobernícolas, se concentran el judaísmo antiguo, el helenismo mediterráneo, la civitas romana y las culturas de España y los pueblos mesoamericanos, en abrazo fecundo, violento y apasionado.
Estos campesinos estuvieron dispuestos a pelear por conservar sus templos y sacramentos y a morir por defender su herencia intelectual y espiritual. Son los patriotas que se han atrevido a decirle al Estado mexicano moderno: “Ni un paso adelante más. Aquí empieza lo mío. Tú te quedas en tu lugar.”
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 30 de junio de 2024 No. 1512