Por Mary Velázquez Dorantes

El olimpismo se define por ser un movimiento olímpico distinguido por los valores humanos, en los que predomina la excelencia, la amistad y el respeto asociados a la práctica física y competitiva nacida en la Grecia Clásica, pero que en nuestra actualidad demuestra que el ideario olímpico es la continuidad de los valores aún en tiempos modernos.

Las olimpiadas le muestran al mundo el significado del código ético en los seres humanos a partir de la educación física, el deporte y la relación que tienen con el hombre. Este evento muestra la realidad individual del deporte, pero al mismo tiempo, el fenómeno social que provoca, manifestando que a través del juego y la competencia se establecen valores culturales y educativos de forma global.

En esta jornada, a realizarse en París, se estima que participen alrededor de 15 mil atletas que competirán en 50 deportes diferentes y en aproximadamente 880 eventos. Además, en esta edición, que tendrá lugar el 26 de julio al 11 de agosto, alrededor del 30% de los participantes son atletas paralímpicos.

JUEGOS OLÍMPICOS UNA LUZ PARA EL MUNDO

Los Juegos Olímpicos llegan nuevamente a París exactamente cien años después de que la ciudad acogiera por última vez la antorcha que los inaugura. El tema central es el deporte, como una práctica ancestral de carácter recreativo y que forma parte del patrimonio cultural.

El juego competitivo tiene reglas estructuradas y expresa la conducta humana, donde el sujeto es una persona que ha entrenado y plasmado su pasión por el deporte. Durante los 18 días de celebración participarán 206 naciones en 28 disciplinas, desde el atletismo, la natación y la gimnasia, hasta el surf y por primera vez el breakdance.

Estos juegos representan una luz para el mundo, puesto que expresan una filosofía humanista donde el cuerpo y el movimiento son parte de la naturaleza. Los valores que se desarrollan no sólo expresan un espectáculo, sino que logran comunicar una forma educativa donde el hombre se desarrolla de forma integral. Cada Movimiento Olímpico es un sueño de universalidad, ayuda a reflexionar sobre el papel de las naciones unidas, el pluralismo cultural y el privilegio de multiculturalidad sin rasgos de violencia, señalamiento o estereotipos. El mundo experimenta un evento donde los cinco continentes acuden con valor en sí mismo: aceptar a todos como iguales.

LA IDEA OLÍMPICA, UN VALOR EN SÍ MISMO

Desde la antigüedad hasta nuestro tiempo los juegos olímpicos crean y recrean una cultura donde la actitud positiva es una fuerza que mueve a los competidores, pero también a sus espectadores. Algunos historiadores determinan que el olimpismo tiene fundamentos espirituales que reafirma una filosofía de vida que exalta las cualidades del cuerpo, la voluntad y el espíritu. Se busca una cultura sin discriminación, una comprensión mutua entre las naciones y la fortaleza de un espíritu de amistad, solidaridad y juego limpio. En esta ocasión los participantes tendrán un recorrido de 6 kilómetros para la inauguración y al menos 600 mil espectadores podrán seguir la ceremonia inaugural. A lo largo de once días se realizarán 4 mil 400 pruebas para atletas paralímpicos de 184 naciones, como un símbolo de inclusión en la sociedad.  Los valores humanos de las olimpiadas radican en una fuerte transmisión del esfuerzo y el compromiso, la integración y la participación, así como el respeto y el compañerismo.

EL ATLETA Y SUS LÍMITES

La palabra virtud expresa la jornada olímpica en donde cada atleta concentra su energía en expresar perfección, pero al mismo tiempo felicidad. La búsqueda de la excelencia es para ellos una alegría suprema. Sin embargo, el atleta también es un ejemplo a seguir en sus naciones y comunidades, buscando el desarrollo de su ser en armonía y equilibrio. Los atletas son un ejemplo de paz para el mundo, quienes de manera igualitaria y pacifica participan con otras culturas, manifestando un tiempo de paz y principios universales en cada una de las competencias deportivas.

Los atletas son conscientes de sus límites y reconocen que son parte de un fenómeno de transformación para un mundo mejor. A través de la práctica deportiva no solo se benefician ellos, sino que combinan su esfuerzo con una cultura que permita comunicar imparcialidad, respeto a las personas, racionalidad, entendimiento, autonomía y excelencia.

En esta edición olímpica el lema es: “Más rápido, más alto, más fuerte, juntos”. El 50% de los participantes serán mujeres, y Francia es el segundo país con mayor número de sedes, sólo por detrás de Estados Unidos con ocho. Para cada atleta la excelencia significa dar lo mejor de sí mismo, de una forma profesional, no se trata de ganar, sino de participar cumpliendo sus objetivos personales, se busca una cultura saludable donde la voluntad del atleta sea fuerte para generar una amistad consigo mismos y con sus competidores.

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 21 de julio de 2024 No. 1515

Por favor, síguenos y comparte: