Un matrimonio sólido genera hijos amables, seguros y estables. Gracias al matrimonio no sólo existen beneficios legales para los hijos, sino que brinda seguridad emocional a modo de una herencia perpetua en los entornos familiares.

La relación de los padres con los hijos, a partir del modelo basado en el matrimonio, ayuda a la crianza al librarlos de miedo y desconfianza. Estudios basados en modelos de matrimonio donde los dos padres están presentes, señalan cómo este influye en los parámetros sobre el futuro, la pareja y el deseo de formar una familia. También se ha encontrado que los matrimonio que se esfuerza en un modelo de fe y creencias religiosas generan un mejor futuro en los hijos.

LA PRESENCIA DE LOS PADRES, ES VITAL

Los hijos que crecen sin la presencia del padre o de la madre tienen dificultades para controlar sus impulsos y corren el riesgo de ser más vulnerables a la presión de sus amigos y de tener enfrentamientos con la ley.  El 63% de los suicidios de jóvenes se da entre muchachos sin padre, mientras que, el 85% de los jóvenes en prisión provienen de familias en las que solo estaba presente la madre.

La vida en matrimonio proporciona al hijo los pilares fundamentales de su desarrollo emocional y afectivo. Un papá comprometido y afectuoso aporta una mejor autoestima, habilidades sociales, un mejor desempeño escolar y entrega bienestar psicológico para los niños y niñas. De acuerdo con un estudio que el que se observó a 330 niños en Estados Unidos, se concluyó que la presencia del padre es más urgente que la de la madre, puesto que el impacto de una madre ausente con respecto a la variable criminalidad es casi nulo, lo que confirma la especificidad de la figura paterna en la conducta transgresora. Los efectos negativos de la ausencia paterna adquieren mayor intensidad cuando los hijos son varones, en especial en lo relativo al autocontrol y al fracaso escolar. Estos chicos tienden a mostrar actitudes masculinas muy exageradas con radicalización de estereotipos por la falta de un modelo adecuado de masculinidad.

MAYOR Y MEJOR VÍNCULO SOCIAL

Se ha demostrado a lo largo de las últimas dos décadas que los hijos que han sido producto del matrimonio y no de la unión libre, tienen mayores vínculos sociales. Los padres son importantes, en tanto que, una generación puede trascender más que aquella que tuvo ausencia de padres.

En América Latina los hijos que provienen de un matrimonio sano desarrollan mayor calidad en sus interacciones con los demás, tienen mejores conductas para socializar y son menos propensos a la violencia. La familia nuclear aporta mayores mejoras en los campos de aprendizaje cognitivo, que aquellas familias que son monoparentales. Algunas investigaciones coinciden en que la unión matrimonial provee de mayor sensibilidad social a los hijos, de aquellos con los que únicamente tienen una presencia ya sea de padre o madre.

MEJORES LOGROS ESCOLARES

La participación de los padres en la formación educativa de los hijos es un indicador de logro escolar. Cuando los padres viven juntos y les brindan apoyo en actividades académicas, los méritos y logros escolares son más altos, y la deserción escolar es casi nula. Mientras los padres ayudan a desarrollar actitudes positivas hacia la escuela, comprenden mejor el proceso de enseñanza. A través de la interacción con los hijos proveen experiencias que pueden influir en su crecimiento y desarrollo e influir, positiva o negativamente, en el proceso de aprendizaje. Además, se ha encontrado que las creencias y conductas de los padres, y las percepciones que el hijo tenga acerca de éstas y de las expectativas de sus padres, son variables relacionadas con el éxito escolar.

MENOR CARGA DE FRUSTRACIÓN Y ANGUSTIA

El matrimonio aporta al desarrollo del hijo menores dudas, miedos y confusión para el futuro. En 2019 se publicó un estudio que evidencia que los hijos provenientes de familias nucleares son menos propensos a las preocupaciones percibidas de su entorno: el 49% de los hijos afirmó que la presencia de sus padres les genera menor angustia. Además, se encontró que los padres brindan una mejor relación de apoyo y están más comprometidos con sus necesidades emocionales.

Un hijo de padres divorciados tiene mayores conflictos al hacer amigos, puesto que padece de emociones negativas para encajar con los demás. En un grupo de 180 adolescentes que conviven a diario con sus padres, se encontró que sólo el 1.8% padecía de un alto índice de aburrimiento, dado que los padres son la principal fuente de concentración para ellos.

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 14 de julio de 2024 No. 1514

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