Por Hugo Avendaño Contreras*
Esta es una propuesta sencilla para alinear cada uno de los principios mencionados por Claudia Sheinbaum como humanismo mexicano, integrando los principios de la Doctrina Social de la Iglesia Católica:
1. La prosperidad debe ser compartida.
Propuesta: La Doctrina Social de la Iglesia aboga por el bien común, donde la riqueza no es solo para unos pocos, sino que debe ser un bien, a disposición de las personas para su desarrollo integral. Se podría mejorar este principio destacando la importancia de la solidaridad y la justicia social, asegurando que los recursos económicos beneficien especialmente a los más vulnerables.
2. No puede haber gobierno rico, con pueblo pobre.
Propuesta: Inspirado en la Doctrina Social, este principio podría reformularse subrayando la primacía de la dignidad humana. Un gobierno que acumula riquezas mientras su pueblo sufre pobreza contradice el principio de subsidiaridad, que pide que el poder sirva al bienestar de todos, en especial de los más necesitados. Además de clarificar el sentido y naturaleza de un gobierno al servicio de sus ciudadanos.
3. Las y los gobernantes deben ser honrados y honestos.
Propuesta: Este principio se podría enriquecer con la enseñanza sobre el principio de la ética en el liderazgo. Según la Doctrina Social de la Iglesia, los gobernantes deben ser servidores del pueblo y no actuar por interés personal. El liderazgo debe ser una vocación al servicio del bien común, con transparencia y responsabilidad social.
4. La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.
Propuesta: el magisterio de la Iglesia Católica promueve la participación activa y consciente de los ciudadanos en la vida política. Este principio podría ampliarse enfatizando la importancia de una democracia participativa, en la que todos los ciudadanos tienen no solo derechos, sino también deberes para con la comunidad, promoviendo la justicia y la paz.
5. Prohibido prohibir.
Propuesta: Este principio es problemático en su forma. Desde una perspectiva cristiana, la libertad es un valor esencial, pero siempre debe estar orientada hacia el bien común y la ética. Por lo tanto, se podría proponer un enfoque donde la libertad se ejerza con responsabilidad y en el marco de la ley, protegiendo los derechos fundamentales.
6. Desarrollo y bienestar con cuidado del medio ambiente.
Propuesta: Este principio se alinea con la encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco, que enfatiza la importancia del cuidado de la creación. Se puede mejorar señalando la responsabilidad de las políticas públicas en promover un desarrollo sostenible que respete la creación y asegure el bienestar no solo económico, sino integral de las personas, considerando la ecología humana integral.
7. Igualdad sustantiva.
Propuesta: La Doctrina Social de la Iglesia promueve la igualdad de dignidad entre todos los seres humanos, sin importar su condición. Este principio puede ampliarse con el concepto de la justicia distributiva, que asegura que todos tengan lo necesario para vivir una vida digna, promoviendo también la equidad de oportunidades.
8. México es un país soberano, independiente y democrático.
Propuesta: Se puede mejorar este principio subrayando la importancia de la solidaridad internacional y el respeto mutuo entre naciones. La soberanía debe ejercerse de manera que promueva la paz y la colaboración internacional, no en aislamiento, sino en cooperación para el bien común global.
9. La política se hace con amor, no con odio.
Propuesta: La política debe buscar el bien común y basarse en la caridad en la verdad. El Papa Benedicto XVI hablaba de la necesidad de que el amor y la verdad se encuentren en el servicio a los demás. La política debe estar guiada por la justicia y el amor al prójimo, superando las divisiones y el odio, pero con una base en la búsqueda sincera de la verdad.
10. Condenamos el clasismo, el machismo y cualquier forma de discriminación.
Propuesta: La Doctrina Social de la Iglesia aboga por el respeto a la dignidad de cada persona como imagen de Dios. Este principio puede enriquecerse con la enseñanza de la igualdad Indignidad entre todos los seres humanos, independientemente de su sexo, raza o clase social, y la promoción de una cultura de encuentro y reconciliación.
Cada uno de estos principios podría fortalecerse al vincularse con la tradición moral y social de la Iglesia Católica, promoviendo una sociedad más justa, solidaria y orientada al bien común. Por supuesto, esto puede profundizarse y ampliarse. Lo verdaderamente importante es que seamos críticos de los postulados ideológicos oficialistas que, ante la narrativa cotidiana, llegan a impregnarse como válidos en el ámbito de nuestra sociedad mexicana.
*Hugo Avendaño Contreras es el actual rector de la Universidad Intercontinental (UIC)
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 13 de octubre de 2024 No. 1527