El asesinato del padre Marcelo Pérez Pérez ocurrido el domingo 20 de octubre de 2024, un hecho que sacudió a la comunidad de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, y puso en evidencia la cruda realidad de violencia que azota a esta región mexicana.
Rescatamos el valiente discurso que pronunció el obispo de San Cristóbal de las Casas, Rodrigo Aguilar Martínez, con motivo de la entrega póstuma de la medalla Fray Bartolomé de las Casas al asesinado padre Marcelo Pérez. El discurso fue pronunciado el pasado 11 de diciembre ante el gobernador de Chiapas, la presidenta municipal de San Cristóbal de las Casas, el Cabildo, los papás del malogrado sacerdote tsotsil y las personas que acudieron al acto, muchos de ellos feligreses del padre Marcelo. En él hace un recuento breve de las injusticias cometidas contra el propio padre Marcelo y contra indígenas católicos del Estado sureño, donde impera la ley del crimen.
En la entrega de esta medalla, es bueno recordar quién fue Fray Bartolomé de Las Casas: el primer obispo de la entonces Diócesis de Chiapas. De hecho, el primer obispo nombrado no aceptó el cargo; el segundo sí, pero murió en el camino; Fray Bartolomé de Las Casas fue quien inició la atención de la 5ª Diócesis en la Nueva España. Pero Fray Bartolomé no fue aceptado plenamente, especialmente por quienes no querían renunciar a sus privilegios de tener como esclavos a los indígenas; sin embargo, de ellos fue gran defensor este primer obispo ante el Rey de España.
Con la entrega de la medalla “Fray Bartolomé de Las Casas”, se pretende ahora reconocer la nobleza de espíritu y de acciones de personas destacadas en la vida social de la región. El Cabildo del Ayuntamiento de San Cristóbal de Las Casas reconoció de forma unánime que este año merece recibir dicha medalla el padre Marcelo Pérez Pérez, de manera póstuma, al haber sido asesinado el pasado 20 de octubre en el barrio de Cuxtitali, de esta ciudad.
Incansable defensor
El padre Marcelo Pérez Pérez fue un incansable defensor de los derechos humanos de cuanta persona estuviera en dificultad, especialmente de los pueblos indígenas en Chiapas, como tsotsil que era; pero sensible y atento a la realidad de todos los indígenas del país y del continente. El padre Marcelo reconocía que su vida valía menos que la paz con verdad y justicia.
Sin embargo, la Fiscalía del estado de Chiapas lo había culpado de delitos y había girado una orden de aprehensión en su contra, lo mismo que en contra de otros dos indígenas, el catequista y candidato al diaconado permanente en la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Pedro Cortés López y al carpintero Diego Mendoza Cruz, en junio de 2022. A los tres se les acusó de ser los autores intelectuales de la desaparición de 18 personas, ocurrida el 26 de julio de 2021 en el municipio de Pantelhó. Aunque nunca hubo pruebas de tal acusación.
La orden de aprehensión contra el padre Marcelo no fue ejecutada -se detuvo, pero no se retiró- yo obtuve la gracia verbal pronunciada por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en presencia física del gobernador Rutilio Escandón Cadenas, reconociendo la inocencia del padre Marcelo; pero sí fueron detenidos con violencia y llevan más de dos años presos Pedro Cortés López y Diego Mendoza Cruz.
En la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas vemos un contrasentido la entrega de esta medalla, existiendo estos hechos, que considero de elemental honestidad el mencionarlos.
Anhelamos que se llegue a fondo en la investigación sobre los autores materiales e intelectuales del asesinato del padre Marcelo.
En cuanto a los dos detenidos, Pedro Cortés López y Diego Mendoza Cruz, enfrentan un juicio plagado de irregularidades, calumnias y mentiras, como la afirmación de que los tres, estando presentes en la cabecera municipal de Pantelhó el día de la desaparición, habrían participado en la captura y traslado a destino desconocido de los hoy desaparecidos. Lo que queda claro es que sistemáticamente se está negando el acceso a la justicia a las víctimas y sus familiares, no sólo los del 26 de julio de 2021 sino los de los años previos, más de 200 desaparecidos y sus respectivas familias.
Reconocer su inocencia
La medalla póstuma al padre Marcelo puede tener sentido si se reconoce la inocencia póstuma del padre Marcelo Pérez Pérez y la de Pedro Cortés López y Diego Mendoza Cruz, para que sean exonerados de todo cargo y liberados de inmediato. Ciertamente, dicho procedimiento no corresponde al Cabildo Municipal de San Cristóbal de Las Casas, pero sí a la Fiscalía del Estado de Chiapas.
Reconocer al padre Marcelo Pérez Pérez como defensor de los derechos humanos y promotor de la paz con justicia, es reconocer a los demás hombres y mujeres servidores y servidoras de nuestra Diócesis de San Cristóbal que trabajan por la construcción de la paz y que son perseguidos por esta causa.
Es también solicitar a los tres niveles de gobierno el reconocimiento de que hay miles de personas desplazadas por la violencia criminal en varios municipios de Chiapas, principalmente en Comalapa, Chicomuselo y la zona sierra, así como en Pantelhó y comunidades de la zona Tsotsil; a las cuales urge se les atienda de manera integral, lo que incluye un retorno seguro, desarme de los grupos criminales y que puedan vivir con tranquilidad y cultivar sus tierras.
Es reconocer que se ha quedado en el silencio de cómo va el proceso de investigación de la masacre de las 11 personas asesinadas en el municipio de Chicomuselo en mayo de 2024 y que ellas y sus familias, así como toda la sociedad exigen justicia.
Es también reconocer que hay presos injustamente recluidos y que deben ser liberados, como lo es el caso de los 5 hermanos presos de San Juan Cancuc.
En fin, la lista sería interminable, pero mencionamos estos casos para que realmente haya verdadera justicia en nuestro estado y en nuestro querido México.
Lo que he referido de manera más bien breve, eran aspectos en los que el padre Marcelo Pérez Pérez estaba preocupado e interesado. Si lo queremos honrar con esta medalla póstuma, conviene acoger y atender con diligencia dichas preocupaciones y anhelos.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 29 de diciembre de 2024 No. 1538