Domingo II de Adviento

Por José Ignacio Alemany Grau, obispo Redentorista

Reflexión homilética 8 de diciembre de 2024

En este segundo domingo del Adviento, la liturgia presenta al Precursor que va a ser el modelo para todos los bautizados que quieran cumplir el mandato de Jesús: «Anunciad el Evangelio a toda la creación».

Baruc

La primera lectura de hoy es del profeta Baruc, poco conocido por muchos de nosotros, pero que tiene un anuncio de mucha esperanza y contiene una gran profecía sobre la llegada de los tiempos mesiánicos.

El profeta, personificando a Jerusalén, la presenta de una manera maravillosa que les invito a meditar:

«Jerusalén, despójate de tu vestido de luto y aflicción y vístete las galas perpetuas de la gloria que Dios te da… Dios te dará un nombre para siempre: paz en la justicia y gloria en la piedad».

A continuación, le dice: «Ponte en pie, Jerusalén, sube a la altura, mira hacia oriente y contempla a tus hijos reunidos… y gozosos invocando a Dios».

Termina el profeta con la hermosa idea que escucharemos en este tiempo de Adviento:

«Dios ha mandado abajarse a todos los montes elevados… Ha mandado llenarse a los barrancos hasta allanar el suelo, para que Israel camine con seguridad guiado por la gloria de Dios».

Salmo 125

El salmista glorifica al Señor por la alegría que ha causado la seguridad mesiánica en el pueblo: «El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres».

A continuación, canta la alegría de Sion y la admiración de los gentiles que repetían: «El Señor ha estado grande con ellos».

Y, por su parte, los israelitas también hacían eco:

«El Señor ha estado grande con nosotros».

San Pablo

El apóstol comienza con la frase muy hermosa que debemos tener presente para vivirla cada uno de nosotros:

«Siempre que rezo por todos vosotros, lo hago con gran alegría».

Así recuerda a los filipenses que han sido buenos colaboradores del Evangelio, según las enseñanzas de San Pablo.

Luego, hace esta bella oración:

«Que vuestro amor siga creciendo más y más en penetración y en sensibilidad para apreciar los valores».

También nosotros, con el apóstol, «nos deseamos mutuamente la gracia de llegar al día de Cristo, limpios e irreprochables, cargados de frutos de justicia, por medio de Cristo Jesús y todo para gloria y alabanza de Dios Padre».

Verso aleluyático

La liturgia no puede olvidar que estamos en Adviento; por eso, la gran invitación que toma del Evangelio de San Lucas:

«Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos».

Con este anuncio busca que los pueblos puedan contemplar la salvación de Dios en su Hijo, Verbo encarnado.

Evangelio

El párrafo del Evangelio de San Lucas nos presenta el ambiente político de Israel en el momento en que Juan, Precursor de Jesucristo e hijo de Zacarías, comienza a predicar en el desierto. El anuncio de Juan bautista es un bautismo de conversión para el perdón de los pecados.

Como una justificación de esta presencia del Bautista, San Lucas nos recuerda estas palabras de Isaías:

«Una voz grita en el desierto: “¡Preparad el camino de Señor y allanad sus senderos! ¡Elévense los valles, desciendan los montes y colinas, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale! ¡Todos verán la salvación de Dios!”».

De esta manera, amigos, empezó la evangelización que traía Jesús y Juan, el valiente Precursor, fue anunciándolo, hasta que el martirio confirmó la valentía de su anuncio.

Pienso que, cada uno de nosotros, con la fuerza recibida en el bautismo, debemos anunciar valientemente a Jesús en medio de este mundo que desconoce tantas veces a nuestro Dios.

***

En este día, 8 de diciembre, que la liturgia celebra la Solemnidad de la INMACULADA CONCEPCIÓN, pidamos la intercesión de Santa María; en primer lugar, por todos los niños que hoy hacen la primera comunión, según una bella tradición. En segundo lugar, pidamos a la Inmaculada, a través del Adviento, que nos lleve a un encuentro profundo y santificador con su Hijo Jesús.

 
Imagen de Myriams-Fotos en Pixabay


 

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