Al comienzo de mi papado tenía la sensación de que sería breve: no más de tres o cuatro años. Nunca imaginé que escribiría cuatro encíclicas, y todas esas cartas, documentos, exhortaciones apostólicas, ni que habría realizado todos esos viajes a más de sesenta países. La realidad es, sencillamente, que soy viejo”
Aunque se llama a sí mismo un “hombre viejo” y dice que nunca esperó ser Papa tanto tiempo, el Papa Francisco dijo que todavía tiene sueños para el futuro. “No debemos tropezar con el mañana, debemos construirlo, y todos tenemos la responsabilidad de hacerlo de manera que responda al proyecto de Dios, que no es otro que la felicidad de la humanidad, la centralidad de la humanidad, sin excluir a nadie”, escribió el Papa de 88 años en su autobiografía.
La esperanza, el tema central
“Esperanza: la autobiografía” fue escrita con el editor italiano Carlo Musso a partir de 2019. El libro salió a la venta el 14 de enero en su versión original en italiano y en otros 17 idiomas en unos 100 países.
En varios capítulos del libro, el Papa Francisco se dirige directamente a los lectores, incluso cuando cita las palabras de San Juan Pablo II durante el Jubileo 2000: “No tengáis miedo. Abrid de par en par las puertas a Cristo”. “Si un día os invaden los miedos y las preocupaciones -dijo a los lectores-, pensad en aquel episodio del Evangelio de Juan, en las bodas de Caná (Jn 2,1- 12), y deciros: Aún no han servido el mejor vino”. “Estad seguros de ello: La realidad más profunda, más feliz, más hermosa para nosotros, para los que amamos, está aún por llegar”, continuó. “Aunque alguna estadística te diga lo contrario, aunque el cansancio debilite tus fuerzas, no pierdas nunca esta esperanza invencible”.
La misericordia, reflejo de Dios
Gran parte del libro contiene historias familiares del pasado del Papa Francisco, su infancia y la relación con su abuela Rosa, su vocación y ministerio como jesuita, su servicio como arzobispo de Buenos Aires, Argentina, y su elección como Papa en 2013.
El Papa Francisco ha reconocido que ha cometido errores durante su pontificado, normalmente a causa de su impaciencia, pero defiende algunas de sus decisiones más controvertidas, como ampliar las posibilidades de que los católicos divorciados y vueltos a casar civilmente vuelvan a recibir los sacramentos y, más recientemente, autorizar la bendición de parejas del mismo sexo o que cohabiten.
Escribió sobre ambas decisiones en el contexto más amplio de cómo la Iglesia debe llegar a todos y acogerlos. “Todos están invitados. Todos”, escribió. “Y así: Todos dentro. Buenos y malos, jóvenes y viejos, sanos y enfermos. Porque éste es el plan del Señor”. “Es nuestra tarea como pastores tomar a los demás de la mano, acompañarlos, ayudarlos a discernir, y no excluirlos”, escribió el Papa. “Y perdonar: tratar a los demás con la misma misericordia que el Señor nos reserva a nosotros”.
Las bendiciones son para las personas
A finales de 2023, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe publicó, con la aprobación del Papa, “Fiducia Supplicans” (“Confianza suplicante”), sobre “el significado pastoral de las bendiciones”. La declaración decía que los sacerdotes pueden dar bendiciones breves, espontáneas, no sacramentales y no litúrgicas a personas que se encuentren en situación irregular o formen parte de una pareja del mismo sexo “sin validar oficialmente su estado” ni bendecir su unión. En “Esperanza”, el Papa Francisco volvió a decir: “Son las personas las que son bendecidas, no las relaciones”.
La bendición, escribió, es un signo de que la iglesia quiere acompañar a todos y que no excluye a nadie por “una situación o una condición.”“Todos en la Iglesia están invitados, incluidas las personas divorciadas, incluidas las personas homosexuales, incluidas las personas transgénero”, escribió el papa.
Pecados de la carne y de la “angelicidad”
En cuanto a su decisión en la exhortación de 2016, “Amoris Laetitia” (“La alegría del amor”) de abrir una posibilidad para que algunos divorciados y vueltos a casar civilmente tengan acceso a los sacramentos, el Papa Francisco dijo que esa decisión “hizo que algunas personas levantaran los brazos con horror.”
“Los pecados sexuales tienden a causar más de una protesta de algunas personas”, escribió. “Pero en realidad no son los (pecados) más graves. Son pecados humanos, de la carne. Los más graves, por el contrario, son los pecados que tienen más ‘angelicidad’, que se visten de otra guisa: orgullo, odio, falsedad, fraude, abuso de poder.”
“La homosexualidad no es un crimen, es un hecho humano”, escribió el Papa. Las personas LGBTQ+ “no son ‘hijos de un dios menor’. Dios Padre los ama con el mismo amor incondicional, los ama como son, y los acompaña de la misma manera que lo hace con todos nosotros: siendo cercano, misericordioso y tierno”.
“Soy un hombre viejo”
El Papa Francisco también habla de su salud y vuelve a afirmar que nunca ha pensado en dimitir, aunque al igual que sus predecesores había preparado una carta al principio de su pontificado ofreciendo su renuncia “en caso de impedimento por razones médicas”.
“Al comienzo de mi papado tenía la sensación de que sería breve: no más de tres o cuatro años”, escribió. “Nunca imaginé que escribiría cuatro encíclicas, y todas esas cartas, documentos, exhortaciones apostólicas, ni que habría realizado todos esos viajes a más de sesenta países”. Pero, dijo, “la realidad es, sencillamente, que soy viejo”.
El Papa Francisco escribió que será Papa tanto “tiempo como Dios quiera”, y repitió su plan de ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma y no en la Basílica de San Pedro, como la mayoría de los papas modernos.
“El Vaticano es mi última morada, no mi morada eterna”, escribió. Su sepultura está en la sala donde ahora se guardan los candelabros, cerca de la Regina della Pace (María, Reina de la Paz), “a quien siempre he pedido ayuda y cuyo abrazo he sentido más de cien veces en el curso de mi papado. Me han confirmado que todo está listo”.
“Aunque sé que Él ya me ha concedido muchas bendiciones -escribió el Papa Francisco-, le pido al Señor sólo una más: Cuida de mí, que suceda cuando Tú quieras, pero, como Tú sabes, no soy muy valiente cuando se trata de dolor físico… así que, por favor, no me hagas sufrir demasiado”.
* Resumen hecho por Cindy Wooden | Catholic News Service /Adaptado por El Observador / Redacción
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 26 de enero de 2025 No. 1542