Por Rubicela Muñiz
Al promedio de 70 homicidios diarios en el país, se sumaron los ocho jóvenes de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Irapuato, asesinados a mediados de marzo en la comunidad de San José de Mendoza, Salamanca. Un hecho inadmisible que sigue impune, pero que abre una oportunidad para alzar la voz y ser verdaderos agentes de paz.
La noticia generó indignación y la reacción de las autoridades eclesiales que llaman a los distintos niveles de gobierno, a la sociedad civil, empresarios y comunicadores a asumir la responsabilidad con valentía y compromiso para proteger a los jóvenes.
“Basta ya de intereses personales o partidistas, formemos un frente común, vivamos la solidaridad que tantas veces nos ha caracterizado ante las tragedias que enfrentamos, y combatamos la delincuencia y la falta de justicia que hace sangrar nuestra patria y trunca el sueño de miles de nuestros jóvenes”, expresan los obispos en su mensaje.
Ya agregan, “este hecho nos hace reflexionar en la violencia que azota a nuestra nación, la cual se ha vuelto un cáncer para nuestra sociedad; la delincuencia presume impunidad, manifiesta el desprecio por la vida y hace imperar la inseguridad en nuestros espacios vitales comunitarios; esta realidad hiere el corazón de todos los mexicanos, nadie puede sentirse fuera de ella. Es momento de unirnos y asumir cada uno nuestro compromiso por la paz en nuestro país”.
Exigen justicia
Por su parte, el obispo de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, manifestó su dolor a través de un comunicado en el que dejó claro que este es un hecho que “cimbra nuestros corazones y nos llena de profundo dolor y amargura, sin embargo, Cristo es nuestra esperanza y nada ni nadie nos la podrá arrebatar; como pastor de esta Iglesia condeno enérgicamente este ataque y pido a las autoridades civiles que esclarezcan estos hechos por demás atroces y se haga justicia pronta y expedita a las familias”.
También externó su apoyo a las familias y amigos de las víctimas y les ofreció su cercanía para que “en todo momento se sientan acompañados, apoyados y fortalecidos por ésta que es una familia en la fe”.
El 19 de marzo, solemnidad de San José, se celebró la santa misa exequial en la comunidad de San José de Mendoza. Y para el novenario se convocó a todas aquellas personas que quisieran unirse en oración por el consuelo de las familias y por la paz. El novenario fue especialmente por los ocho jóvenes asesinados y también por aquellos adolescentes y jóvenes que han muerto a causa de la inseguridad y violencia en el país.
“Estos episodios quieren arrebatar nuestra fe y extinguir nuestra esperanza, pero nosotros creemos y sabemos que Dios es capaz de transformar nuestra historia e iluminar incluso los acontecimientos más oscuros que tengamos que pasar”, concluyó Mons. Díaz.
Constructores de paz
El movimiento Diálogo Nacional por la Paz también se sumó al clamor de justicia convocando a las pastorales de adolescentes y jóvenes; movimientos y congregaciones religiosas, colegios e instituciones que trabajan con adolescentes y jóvenes del país a realizar acciones para sumarse a la construcción de la paz. Entre las acciones destaca el rezo del Viacrucis por la Paz en nuestros pueblos, en lo que resta de la Cuaresma, y contactar a los equipos estatales del Diálogo Nacional por la Paz para sumarse al diseño de proyectos locales de paz y el diálogo con autoridades para el seguimiento a los compromisos: https://dialogonacionalporlapaz.org.mx/
14 acciones locales para la sociedad civil
1) Impulsar el apoyo hacia las víctimas de la violencia.
2) Generar espacios de diálogo interinstitucional para la construcción de la paz.
3) Promover procesos de salud mental en las familias y comunidades para atender las secuelas de las violencias.
4) Promover en las escuelas una educación para la paz y ambientes que ayuden a una mejor convivencia social.
5) Promover actividades para recuperar el espacio público como lugar de encuentro y la organización comunitaria para resolver las necesidades colectivas.
6) Promover acuerdos laborales que mejoren las condiciones de trabajo y de vida.
7) Impulsar comunidades comprometidas con la cultura del cuidado y la corresponsabilidad.
8) Fortalecer la cultura de la hospitalidad con los migrantes, refugiados y desplazados.
9) Impulsar programas de prevención y atención de las adicciones.
10) Realizar acciones de cuidado del medio ambiente.
11) Promover la participación de la ciudadanía en el diseño e implementación de las políticas de seguridad.
12) Promover la justicia restaurativa, mediación y resolución positiva de conflictos en las familias, las escuelas, las iglesias, las comunidades y el trabajo.
13) Reconocer, dignificar y recuperar el liderazgo de las policías municipales y comunitarias.
14) Impulsar instituciones, procedimientos y acciones que garanticen la transparencia y rendición de cuentas de las autoridades locales.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 30 de marzo de 2025 No. 1551