Redacción

“Después de dos años sembrando Evangelio por estas cumbres y collados de la Sierra Madre del Guerrero más profundo, aún encuentro comunidades que no conocía y que hoy visitó por primera vez. ¡Enorme privilegio y tremenda responsabilidad para los misioneros… ‘Id al mundo entero…’ Esta comunidad se llama -y con toda razón- Barranca Escondida…”

Es el mensaje que comparte el incansable sacerdote Christopher Hartley en la carpeta de Google Fotos que creó para documentar en imágenes la travesía de su misión por tan lejanos pueblos.

En el caso de Barranca Escondida, es una comunidad que pertenece al municipio de Cochoapa el Grande. Hay 28 habitantes y está a 1,715 metros de altura. Dentro de todos los pueblos del municipio, ocupa el número 102 en cuanto a número de habitantes.

Según datos del portal mexico.pueblosamerica.com, la población de Barranca Escondida está conformada por 16 mujeres y 12 hombres; la mitad de esta población es analfabeta con un grado de escolaridad de 0.8; el 100% es indígena y el 82.14% no habla español. En cuanto a servicios básicos, no cuentan con electricidad, pero si con agua; los hogares carecen de baños, lavadora, televisión, teléfono fijo (solo el 16.67% tiene teléfono celular) e internet.

En las imágenes se observa al padre Hartley en este pequeño poblado celebrando la eucaristía ante cerca de 26 personas en una capilla con paredes de madera, techo de lámina y piso de tierra. Niños, hombres y mujeres jóvenes, de mediana edad y adultos mayores, participan con respeto.

Barranca Escondida pertenece a la parroquia de la comunidad de Arroyo Prieto que encabeza el padre Christopher Hartley, y donde tiene la misión de atender a más de noventa pueblos de interminables cadenas montañosas que atraviesan la zona. Una serie de pueblos que acogen a indígenas mixtecas o “nasa vi” que han vivido durante siglos en extrema pobreza, sobreviviendo de la milpa (maíz) y el frijol, con sus enormes tortillas y algunas frutas, de una agricultura de subsistencia y algunos animales domésticos, como las gallinas, los guajolotes o los chivos.

“Décadas atrás, cuando estas tierras formaban parte de la Archidiócesis de Puebla, ser enviado por el obispo a pastorear por estas montañas, era señal de castigo”, explica Christopher Hartley en sus relatos.

Y agrega, “es difícil calcular el número de habitantes que atendemos por estas sierras y cordilleras interminables. A la dificultad del cálculo, se añade que gran parte de la población emigra por temporadas a otras partes de México e incluso a los Estados Unidos. Creo que una estimación aproximada debe girar en torno a los 15.000 habitantes”.

La labor de este misionero se centra en la caridad pastoral, la predicación, la celebración de los sacramentos y la congregación de las comunidades. Cada experiencia en la montaña será documentada en imágenes y compartida a través de Google Fotos para todo aquel que quiera ser testigo de los frutos.

Sigue los pasos de la misión

Google Fotos: https://n9.cl/0q347

www.missionmercy.org

www.reflexionPCH.com

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 11 de mayo de 2025 No. 1557

 


 

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