Por José Ignacio Alemany Grau, obispo
Reflexión homilética 11 de mayo de 2025
Aprovecho la oportunidad para felicitar a las madres en los países que celebran hoy el «Día de la Madre». Es muy importante que vivan ellas en consonancia con el Padre Dios para aprender de Él el verdadero amor y vivirlo juntamente con su esposo para felicidad de los hijos que Dios tenga a bien darles:
¡Feliz día para todas las madres!
De dos grandes candados para nuestra seguridad se nos habla hoy: las manos del Padre y también las manos del Verbo encarnado. Agarremos bien a nuestro Dios y seremos eternamente felices.
Hechos de los apóstoles
Resulta muy interesante escuchar a Pablo y Bernabé que van a anunciar el Evangelio en la sinagoga de Antioquía de Pisidia. Y como no los aceptan, Pablo y Bernabé hacen una gran promesa:
«Teníamos que anunciaros a vosotros primero la Palabra de Dios; pero como rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicaremos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor».
Esta noticia llenó de gozo a los gentiles «que se alegraron y alabaron la Palabra del Señor y los que estaban destinados a la vida eterna creyeron».
Qué importante es aprovechar la Palabra de Dios a su tiempo, para asegurar nuestra salvación como sucedió a los de Antioquía de Pisidia.
Salmo 99
Como quiera que el tema del ciclo C es el del Buen Pastor, meditamos con alegría este salmo que dice que somos su pueblo y ovejas de su rebaño; por eso, la invitación que nos hace el salmista a todos nosotros va llena de gozo y esperanza:
«Aclama al Señor tierra entera… Sabed que el Señor es Dios, que Él nos hizo y somos… su pueblo y ovejas de su rebaño.
El Señor es bueno, su fidelidad por todas las edades».
Apocalipsis
Jesucristo, el «Cordero», será su pastor y conducirá al pueblo de Dios hacia las fuentes del agua viva. Meditemos:
«Estos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero».
Este es el motivo por el que están «ante el trono de Dios dándole culto día y noche en el templo».
Termina diciendo que «ya no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el sol ni el bochorno. Porque el Cordero que está delante del trono será su pastor y los conducirá hacia las fuentes de aguas vivas».
El párrafo del Apocalipsis concluye así: «Dios enjugará las lágrimas de sus ojos».
Verso aleluyático
En este domingo IV de Pascua, la liturgia nos invita a invocar a Jesús, el Buen Pastor, que dice: «Conozco a mis ovejas y las mías me conocen».
Por parte de Jesús el conocimiento es absoluto, pero nosotros tenemos que poner todos los medios posibles para conocer bien a nuestro Pastor, y no dejarnos guiar por los falsos pastores que pueda haber en el camino.
Evangelio
Está tomado del capítulo 10 de San Juan que habla simbólicamente del Buen Pastor.
Entre el pastor y las ovejas hay un conocimiento mutuo que asegura la permanencia entre las ovejas y el pastor.
Hay algo muy interesante en este pequeño párrafo que hoy meditamos. Y es la doble seguridad que encontramos en Jesús, el Buen Pastor, y el Padre Dios que guarda la fuente de la seguridad para todas las ovejas:
«Porque mi Padre me las ha dado y supera a todos y nadie puede arrebatar las ovejas de la mano del Padre».
Al final del párrafo del Evangelio descubrimos la gran afirmación de la unidad en el misterio trinitario:
«Yo y el Padre somos uno».
Uniendo al Padre y al Verbo al Espíritu Santo nos encontramos con el gran misterio de la Santísima Trinidad que nos da seguridad para el tiempo y para la eternidad feliz.
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