Por Sergio Ibarra

¿Puede la vida de la empresa situarse en una perspectiva cristiana y ser guiada e inspirada por ella? ¿Es posible conciliar las exigencias de la fe cristiana con las exigencias económicas de la empresa? Lorenzo Servitje Sendra (1918-2017)

Las preguntas planteadas por don Lorenzo Servitje fundador de Bimbo y uno de los principales precursores de la filantropía en México, resultan hoy igual de pertinentes que cuando hace varias décadas él las definió para la conducción de una de las empresas más exitosas y ejemplares hasta la fecha, fundada y operada por mexicanos.

Cuestionamientos que en el contexto del siglo XXI vienen al caso y que ampliarían el ámbito de las instituciones gubernamentales ante los conflictos de la política nacional e internacional que hoy afectan la generación de empleo en México.

La situación que enfrenta la economía desde hace siete años es la de un estancamiento. Si bien sus dimensiones reales no se han manifestado ante una nación que debe generar miles de nuevos empleos anuales por su estructura demográfica, lo cierto es que el consumo interno y la paridad del peso frente al dólar mantienen de un hilo la estabilidad. A ello hay que agregar los 62,500 millones de dólares anuales de remesas enviados por nuestros compatriotas desde los Estados Unidos, que representan un reflejo de la migración hacia otros países de nuestra población.

El presidente Trump ha desatado medidas contra la migración mexicana, amenaza hacia las economías de las familias que dependen de las remesas, connacionales que sean deportados y el envío a México de migrantes de otros países. No es un juego de la mañanera. Esto hace imperativa una política seria y firme y no responder con respuestas estériles, populistas, ante estas afrentas, como lo ha hecho la señora presidente de México convocando a manifestaciones en el Zócalo y poniéndose la bandera en el pecho, cual Juan Escutia.

El problema es más profundo, no es solamente un descuento a las remesas por cuestiones fiscales o deportaciones. Se está omitiendo atacar la causa de la migración: la desesperanza de miles de jóvenes y sin expectativas de empleo y una vida digna.

¿Cuáles son las alternativas en 2025 para detener la migración involuntaria hacia otros países?

La primera: generación de empleos productivos. ¿Quiénes son los generadores de empleo productivo y del pago de impuestos para sostener cualquier gobierno no comunista? Los empresarios. Y aunque las cosas no pintan bien para la democracia de nuestra patria ante los hechos que se avecinan con la desaparición del poder judicial en el país y la creciente tendencia social populista, los empresarios son el único contrapeso que queda para que, con los valores cristianos en la mano, detengan la ola de decisiones que vienen destruyendo instituciones y centralizando de una manera perversa el poder en una sola persona.

La segunda: estimular un nivel educativo competitivo. Nivel en caída libre desde 2018 cuando el régimen actual canceló la reforma educativa que saneaba el cáncer que permitió al sindicato de maestros apoderarse del destino educativo nacional. Paradójicamente, para el partido en el poder, tal decisión no resultó, los conflictos con el CNTE continúan. Pareciera que regresamos a los setenta. Lejos de plantear cosas serias, se hicieron libros oficiales cuestionables que inducen una doctrina comunista y ahora les dan más vacaciones.

La tercera: la innovación. Rusia, Cuba, Venezuela y otros países muestran que no es posible sujetar la creatividad humana. Evidencias de ello es la guerra contra Ucrania, la imparable migración de estas naciones, la dependencia perversa hacia la explotación de recursos naturales y un rezago crónico. La innovación ha de ser producto de la preparación permanente de la población para que, con los conocimientos suficientes, abandonen ocurrencias y se hagan planteamientos serios que generen una mayor productividad en sus empresas e instituciones.

¿Qué mejor que dar respuestas a lo planteado que con los cuestionamientos simples de don Lorenzo Servitje? A quien, por cierto, el partido en el poder en el sexenio anterior le despojó de su icónico logotipo, como una muestra de la ceguera productiva y de la ignorancia que hoy campea en nuestro país.

 

Imagen por Mayte Septién

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 8 de junio de 2025 No. 1561

 


 

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