Por Tomás De Híjar Ornelas, Pbro.

Para los arqueólogos la zona del Golfo va de los ríos Soto la Marina (Tamaulipas) hasta el Grijalva (Tabasco), región en la cual se asentaron cuatro culturas, la olmeca, la de los remojadas, los totonacos y los huastecos.

Los centros ceremoniales más importantes de los olmecas están en La Venta (Tabasco); Tres Zapotes y San Lorenzo (Veracruz). Subsistieron en una región selvática y húmeda, practicaron la agricultura en tierras feraces, de cosechas copiosas. También la pesca y la caza, también muy abundantes por allá. El centro olmeca de San Lorenzo alcanzó su cumbre en el 1500 aC y se ubica en la cuenca del río Coatzacoalcos. Ya en el 1150 aC fueron capaces sus gestores de labrar las esculturas y edificios propios de esa cultura. Su ruina fue hacia el año 900 aC, fecha del saqueo y profanación del sitio. La Venta fue el más grande de los centros ceremoniales olmecas. Se orienta en un eje Norte Sur. El sitio posee muchas tumbas con ajuares muy ricos de cerámica y figurillas de piedra, cabezas colosales y elementos labrados en piedra denominados tronos. Se calcula que en su cúspide habitaron en él algo menos de 20 mil almas. Su decadencia, abandonado y destrucción no los conocemos. Tres Zapotes supone el ocaso olmeca y último en desarrollarse, si bien ya no con las trazas de la monumentalidad que alcanzaron los olmecas en San Lorenzo y La Venta.

Los totonacas se instalaron en la zona de Veracruz, Puebla y Tabasco gracias a una confederación de ciudades que cayeron bajo la hegemonía de los mexicas en el siglo XVI. Vivían de la agricultura y el comercio y sus centros urbanos fueron muy importantes, siendo El Tajín el mayor de todos. Cuenta con varias pirámides, palacios y canchas de juego de pelota. La pirámide de los Nichos tiene 365 de estos elementos, por lo que se le considera un calendario. Su construcción fue tardía respecto a lo demás del conjunto, se alza sobre un espacio abierto y sale de la traza urbana de lo demás. Papantla, muy cerca y anterior y Zempoala (“veinte aguas” en náhuatl, en alusión a sus muchos acueductos y canales de riego), cierran este horizonte. De esta última señalamos aquí sus jardines y campos, labrados por totonacas y por chinantecas y zapotecas.

De los huastecos podemos decir que ocuparon la vasta región de ese nombre, hoy sobre los estados de Veracruz, San Luis Potosí, Hidalgo, Tamaulipas, Querétaro y Puebla. Su lengua es mayense y la etimología de su gentilicio un vocablo náhuatl que puede significar “caracol pequeño” o “guaje”. Sobresalen de él los sitios de Tamtok, en un meandro del río Moctezuma, el sitio huasteco más importante; Tamohi, el más importante de sus centros urbanos, ya despoblado en el siglo XVI. Tamtzan, en Tamaulipas, que se alzó en torno a una gran plaza cercada de montículos y plataformas revestidas de piedra,y Huaxcamá, en San Luis Potosí, que cuenta con la mixtura arquitectónica de basamentos piramidales de planta circular y rectangular, revestimientos de estuco y pinturas al fresco.

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 12 de febrero de 2023 No. 1440

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